En principio debemos definir ¿qué es una estafa?

Una estafa es una mentira interactiva en la que el estafador miente y el estafado acepta de buen grado su mentira.

¿Cuáles son los elementos que juegan para que esto sea posible?

Inicialmente, al elaborar el estafador su plan, debe seleccionar a su o sus víctimas según sus características.

La primera condición de la víctima es tener un deseo insatisfecho, entendiendo que todo deseo partirá de una carencia. Así como la sed es una carencia de la que nos avisa nuestro sistema nervioso generando el deseo de beber; hay otros deseos más sofisticados que surgen como consecuencia de la vida en comunidad.

La vida en comunidad implica pertenencia y aquí aparece hay una contradicción entre lo individual y lo comunitario en lo atinente a la solidaridad. Recordemos que solidaridad es ser uno con el otro, la limosna da lo que nos sobra, la solidaridad comparte lo que tenemos. Lo individual nos impulsa a buscar que nuestra presencia sea considerada por la mirada de los demás. Esto provocará otros deseos que buscarán esa consideración y nos harán sentir poderosos en algún aspecto. El deseo puede ser específico como la potencia sexual, la salud, la belleza, el éxito, la posesión de algún objeto que genere prestigio o placer, la mágica adquisición de un idioma, etcétera. O puede ser inespecífico como el dinero o el poder. Acerca del dinero y el poder simbolizado por el dinero debemos recordar que con su adquisición viene incluido el miedo, miedo a perder el dinero o el poder

Entonces, el otro elemento fundamental además del deseo insatisfecho, particularmente útil para el estafador será el miedo. Miedo a perder algo que se posee o “que se cree poseer”.

El estafador es necesariamente un conocedor analítico o intuitivo de la condición humana y de sus pasiones. Es un predador que analiza a su presa para darle caza, ya que vive de ella, ella es su alimento.

¿Pero, qué características tiene que tener el deseo de la víctima? 

Invariablemente el deseo está acompañado de una conducta ansiosa para su consecución, puede inclusive saltar alguna norma ética (está el recuerdo de los estafadores que vendían carpetas falsas de fondos estatales de viviendas), o teniendo expectativas de soluciones en muchos casos cuasi mágicas, aquí entran las sectas o las brujerías. También  cosas absurdamente baratas, o que prometen ganancias increíbles como los esquemas Ponzi. 

Lamentablemente las promesas políticas, económicas y sociales de candidatos políticos pueden también configurar estafas. Después de la inflación durante el gobierno de Alfonsín, Carlos Menen engañó con el “síganme que no los voy a defraudar” y generó la ‘Ley de Reforma del Estado’ que cercenó derechos y produjo desocupación. Logró por seducción lo que la dictadura intentó lograr con desapariciones y asesinatos. Mintió peronismo y entregó Alsogaray. Generó luego un veranito económico vendiendo las empresas del estado, ‘las joyas de la abuela’, y con la convertibilidad de Cavallo y la apertura de importaciones provocó un daño  a la industria con quiebras y cierres que hizo que pasáramos de una desocupación del 6% a cifras entre el 16 y el 18% con la consecuente caída de la producción industrial.Llegó posteriormente el el inoperante gobierno de De La Rúa que no pudo ni supo salir de las políticas neoliberales desembocando en la la crisis del 2001, con varias decenas de muertos por la represión de los radicales y una desocupación de aproximadamente 25%.

Mucho fue el esfuerzo que hubo que hacer para revertir esta situación, en la que supuestamente se produjo una alianza entre los pobres y los sectores ‘auto percibidos’ como clase media; ‘piquete y cacerola la lucha es una sola’ se cantaba ante el corralito de Cavallo y De La Rúa. A partir de la administración de Duhalde, que logró cierta estabilidad política, no sin costos para los sectores populares, recordemos los asesinatos de Kosteki y Santillán, volvimos a la gimnasia electoral y con las elecciones el ascenso de Kirchner con el 22% de los votos, recordemos que Menem decidió no competir en la segunda vuelta para no sufrir una derrota humillante. En ese momento parecía haber una conciencia generalizada de quien era un estafador.

Un planteo totalmente diferente de planificación económica generó la recuperación industrial sostenida por las retenciones al agro beneficiado por los buenos precios de los comodities. Se vivieron 12 años de un estado de bienestar en el que la población mejoró su calidad de vida, la autopercibida clase media recuperó sus ahorros o al menos su capacidad de ahorro y los sectores más pobres fueron contenidos por planes sociales que progresivamente fueron disminuyendo a medida que disminuyó la tasa de desempleo. Los niños de los sectores económicos menos favorecidos dejaron de comer en las escuelas para comer en sus casas, básicamente porque tenían que comer. La desocupación bajó del 25% en el 2001 al 6% en 2015. Mientras tanto los medios de comunicación hegemónicos, casualmente coherentes con ‘la embajada’, hicieron un bombardeo constante sobre la condición corrupta de un gobierno que entre otras cosas produjo crecimiento económico real y desendeudamiento externo. De todas las acusaciones de corrupción no se encontraron pruebas y en el caso de los bolsos de López hay pruebas de que era dinero recibido puerta a puerta por un ex tesorero de Boca Juniors en la gestión Macri, seguramente casualidad. 

Se llegó así a la segunda gran estafa; Macri prometiendo que no se tocaría ‘lo bueno’ hecho por el gobierno peronista, que en una semana solucionaría la inflación, ya que era algo muy fácil de lograr y que su objetivo era “pobreza cero”. Por increíble que parezca las ovejas volvieron a votar al lobo.Se repite el mecanismo de la solución mágica para lograr un deseo, pero no fue lo que pasó. Lo primero que hizo fue devaluar y generar más inflación, empezó su gobierno con un 25% y terminó con el 40%. Las cifras de pobreza que eran aproximadamente del 20 o 23% terminaron también en 40%, las tarifas se incrementaron a niveles intolerables beneficiando a las empresas de energía de los amigos de Macri, Marcelo Mindlin y Nicolás Caputo. Se encontró con un país que al decir de su ministro de hacienda, Dujovne,estaba asombrosamente desendeudado y lo endeudó en más de 100.000 millones de dólares, con el FMI solamente, contrajo un préstamo de 57000 millones de los que ingresaron a nuestro país solo 45000, que rápidamente fueron fugados por la grandes empresas y los amigos del poder, en el año que ingresaron esos 45000 millones dólares salieron 85000 a paraísos fiscales. Cuando Macri levantó el cepo cambiario que existía en el Gobierno de Cristina informó que en defensa de la libertad ahora podríamos comprar, si lo deseábamos, 5 millones de dólares y no los magros 200 dólares del cepo. Está claro quiénes podrían hacer esas operaciones. También eliminó la obligación de los exportadores de liquidar los dólares de las exportaciones. Inicialmente redujo el tiempo de 30 días a 365, luego a 10 años y finalmente lo eliminó; con lo que logró eliminar la posibilidad de que el banco central acumulara reservas. En la primera semana de gobierno les perdonó a Edesur y Edenor 19.000 millones de pesos de multas que tenían acumuladas por incumplimientos de contrato, ‘planeros de alto nivel’.

La ciudadanía pareció haber advertido que Macri había venido para perjudicarla y votó la fórmula Fernández Fernández. Un gobierno tibiamente socialdemócrata con poca suerte. No solo heredó 40% de inflación y 40% de pobreza, sino  que tuvo la pandemia COVID19 y la mayor sequía de la historia, a pesar de lo cual se verificó crecimiento macroeconómico , pero nada de ese crecimiento llegó a las mesas populares.Faltó pan en la mesa de los pobres. A poco de iniciado el gobierno se descubrió una escandalosa estafa por parte de la multinacional Vicentín en complicidad con el director del Banco Nación en la gestión de Macri, González Fraga, el mismo que había dicho que el peronismo le había hecho creer al pueblo que podía comprar equipos de aire acondicionado, televisores led, automóviles o viajar al extranjero. González Fraga les dio un préstamo de 18000 millones de pesos una semana antes del cambio de gobierno y Vicentin presentó quiebra a la semana. Obviamente los avales, o eran fraudulentos o no se verificaron. Se anunció la intervención y la consiguiente expropiación, pero nada pasó. A partir de ese momento quedó claro que Alberto Fernández no estaba dispuesto a tocar los intereses del gran capital. Posiblemente fue la consecuencia de tener un presidente elegido como candidato a dedo y no por un proceso de democracia interna.

Y ahora, el gran estafador, mentiroso contumaz, diciendo que Argentina era la primera o la tercera potencia mundial a principios del siglo XX, lo real es que el PBI era el 13°, pero con una distribución del ingreso monstruosamente desigual, con un 80% de pobres y una oligarquía impúdicamente rica. Que el nos vino a salvar de una inflación del 15000%, mentira absolutamente descabellada que ni siquiera su gobierno, que en tres meses triplicó la inflación que veníamos sufriendo, podría lograr. Hoy estamos en proceso deflacionario pero solo por causa de la brutal contracción del consumo logrado a fuerza de generar la mayor pobreza popular en lo que va del siglo. La canasta familiar tiene precios europeos con salarios que equivalen al 20% de los salarios europeos. La inflación de enero bajó del 20% al 13,2% en febrero como consecuencia de la caída del consumo. También dijo en Davos que desde el año cero (sic) el PBI mundial sólo había crecido el 2% hasta la aparición del capitalismo, casi una burla, las estadísticas se iniciaron a mediados del siglo XVIII. Mintió que venía a castigar a la casta política y la principal causa de contracción del déficit fiscal está en la caída del 43% de los haberes jubilatorios. Decidió quitarle la comida a los comedores comunitarios y eso solo logrará que el narcotráfico haga beneficencia con los sectores postergados ante el abandono del estado. Gracias a las políticas del gobierno de Milei el narcotráfico reclutará entre los pobres de hoy a los dealers y sicarios de mañana.

Ahora con el pretexto de controlar los aumentos de precios de los monopolios alimenticios liberalizó la importación y les quita impuestos a los importadores. Esto generará el achicamiento industrial y la pérdida de puestos de trabajo, igual que Cavallo, con el hambre consiguiente. El trabajo que le han encargado sus patrones es destruir la capacidad industrial y primarizar la economía, destruir el tejido social y poner al país todo de rodillas, su plan es que seamos la India de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Los intereses económicos de las corporaciones multinacionales que lo manejan tienen sólo interés en los recursos energéticos y la minería, y en menor medida en la producción agropecuaria, ya que son dueños de más del 60% de las ricas tierras cultivables de Ucrania que han adquirido por financiar una guerra que solo les sirve a ellos.

Todos hemos votado legisladores, es el congreso el que permite que las distintas opiniones debatan y se hagan públicas sus propuestas. Hay un gran estafador que pretende ser rey o dictador acaparando la suma del poder público, es peor que Menem o Macri, es el mal. Seremos capaces de ver la estafa o toleraremos este mesías trucho.