• No van a alcanzar (las medidas): no es el nombre de un conjunto del barrio del Cerrito dedicado a la murga candombera oriental. Es el resultado expectable de las nuevas medidas de restricción adoptadas por el gobierno nacional, en el nuevo DNU. La extrema gravedad de la situación que nuestro país está sufriendo, con una alta proporción de muertos diarios en relación a su población (la distinción de ostentar una de las mayores tasas de mortalidad específica por COVID 19 actual le corresponde al Uruguay del libertario Lacalle Pou), ilustra acerca de la descontrolada evolución de la COVID 19, y hace presumir con fundamento la insuficiencia de las medidas restrictivas adoptadas y el período de tiempo comprendido. Argentina hoy tiene prácticamente agotada la capacidad de absorción de nuevos pacientes, por la saturación de las camas de cuidados críticos y el desgaste de los profesionales, enfermeras, técnicos y demás trabajadores de salud. Se liberan diariamente más camas por fallecimientos que por recuperaciones.
  • Vacunar, el único camino: concomitantemente, a pesar de las dificultades derivadas de la escasez de oferta de vacunas a nivel internacional, el programa de inmunización nacional está avanzando razonablemente y ya se ha aplicado por lo menos una dosis al 70% de la primer población objetivo, estimada en 12.500.000 de personas, y constituida por los mayores de 60 años, los pacientes con comorbilidades, los trabajadores de salud, educación y las fuerzas de seguridad. La experiencia internacional acumulada a la fecha muestra que las vacunas funcionan y muy bien, resultando sumamente eficaces para el control de la enfermedad y su diseminación.
  • Bioseguridad, en el mientras tanto: ello no obsta a la necesidad de mantener las restricciones al desplazamiento y demás medidas preventivas, cuestión social y políticamente nada sencilla en ningún país del mundo, debido al hartazgo popular. Esta necesidad se ve exacerbada por la explosiva aparición de las nuevas cepas de SARS-CoV-2, notoriamente más infecciosas y virulentas que la original, lo que obliga a mantener vigentes a las medidas de bioseguridad, por lo menos hasta tanto se alcancen cotas mayoritarias de personas vacunadas, es decir, hasta arribar a la tan mentada inmunidad de rebaño. En este contexto, lo recomendable desde el punto de vista de la prevención primaria –evitar que los sanos se contagien y enfermen-, es profundizar el distanciamiento social por lo menos durante 30 días continuos, en la búsqueda de bajar brusca y sostenidamente la curva de contagios, el número de casos, y disminuir la presión de demanda sobre las unidades de terapia intensiva.
  • El problema político: probablemente el mencionado en el punto anterior termine siendo el camino que se vaya a transitar, pero, los anuncios del gobierno son más acotados, sobre todo en el manejo del tiempo. Muy probablemente, Alberto Fernández haya debido extremar sus recursos discursivos y efectuar malabarismos retóricos para contener la adhesión a regañadientes de varios de los gobernadores de las provincias más grandes, salvo la honrosa excepción de Axel Kicillof. Muy probablemente sea esta la máxima concesión que, hasta ahora, la especulación electoralista estuvo dispuesta a concederle al presidente, a quien, salvo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, nadie quiere acompañar en la ingrata tarea de comunicar restricciones. No parece que pueda sostenerse mucho más tiempo la irresponsable pretensión de eludir costos. Cuando se conozcan las desmesuradas cifras de muertes que acaecerán en los próximos días, posiblemente las oprobiosas miserabilidades políticas sean finalmente vencidas por la conciencia humanitaria, por la noción de vergüenza o por el repudio popular. Es posible que entonces los dirigentes remisos a afrontar sus responsabilidades terminen por avenirse a conductas racionales, de protección de todas las vidas que se puedan salvaguardar, tal como impulsa el gobierno federal. De lo contrario, quienes defeccionen de su deber, correrán el riesgo de afrontar la consecuencias de sus infaustas decisiones. En este marco, cada vez lucen más sepias y ajadas las imágenes del jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y de los 4 jueces que lo avalaron, creyendo que este era un buen momento para dirimir viejas disputas doctrinarias respecto del grado de autonomía de la ciudad. El viento de la pandemia en una ráfaga se llevó sus esperanzas de una evolución positiva sin costo para ellos. En la medida que no remitan la falta de conciencia y las imprudencias, no debería extrañar que en los próximos 4 meses se adicionen varias decenas de miles de muertos a nuestras desgraciadas listas en la materia. Lo único que puede evitarlo, además de continuar vacunando sin desmayo, es una muestra de compromiso desde la dirigencia política, acompañando la sensatez con que el gobierno nacional está enfrentando este estrago planetario; y, desde ya, una conducta colectiva realista y seria. De lo contrario, también en esto será demasiado tarde para lágrimas.
  • Datos de la campaña de vacunación: al cierre de este informe y al corte de las 18:00 del día de la fecha (domingo 23/05/2021 del Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación, y del Centro de datos de Coronavirus de la Universidad John Hopkins) la última actualización arroja que:
  1. Dosis aplicadas globales (Mundo): 1.654.123.576;
  2. Dosis aplicadas totales en Argentina: 11.127.117;
  3. Proporción población Argentina/Mundo: 0,6% (45.000.000/7.500.000.000 x 100);
  4. Proporción dosis aplicadas Argentina/Mundo: 067%;
  5. Primera población objetivo Rep. Argentina: 12.500.000;
  6. Dosis recibidas en Rep. Argentina: 12.902.250;
  7. Dosis distribuidas a las provincias: 12.612.752;
  8. Personas inmunizadas (con 1 o las 2 dosis): 8.724.622- (19,39% pob. arg.);
  9. Personas que recibieron la 1° dosis: 8.724.622- (19,39% pob. arg.);
  10. Personas que recibieron solo la 1° dosis: 6.322.127- (14,05% pob. arg.);
  11. Personas que recibieron 1° y 2° dosis: 2.402.495-(5,34%);
  12. Dosis distribuidas pendientes de aplicación: 1.485.635;
  13. Dosis recibidas pendientes de distribución: 498;
  14. Dosis pendientes totales: 1.775.133;
  15. Proporción de población inmunizada sobre primer población objetivo: (8.724.622/12.500.000 x 100 = 69,79%;
  16. Proporción de población completamente inmunizada sobre primer pob. obj. (las 2 dosis): 2.402.495/12.500.000 = 19,22%;
  17. Proporción de población parcialmente inmunizada sobre primer población objetivo (1 dosis): 6.322.127/12.500.000 = 50,57%.

1 Comentario

  1. Excelente síntesis. Muy buen tratamiento de los datos Roberto que da cuenta de un proceso planificado y eficaz.
    Todavía falta mucho pero hay una direccionalidad que nos sigue alentando.

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