Podemos mencionar algunos aspectos del documento.
1. En el largo plazo, desde 1993 a 2024 se presentan los mayores volúmenes de datos, todos medidos como promedios (en todo el plazo) de las variaciones mensuales nominales. El M1 supera con el promedio tanto al Tipo de Cambio como a la Inflación. A su vez el promedio (en todo el periodo) del Tipo de Cambio supera la Inflación. Algo de esto debe observar Milei cuando alienta a mantener el tipo de cambio con el 2 % mensual, descartando nuevas devaluaciones. ¿Por cuánto tiempo? ¿Sin tiempo y esperando?
2. Pero también podemos hacer observaciones para el corto plazo, durante el cual la mayoría de las personas están vivas; en el largo plazo no tanto, como diría un economista fallecido conocido y mal visto por el Gobierno. En un plazo interanual, o sea abril 2024/ abril 2023, la inflación alcanza los 290 % y el dólar los 302 %. En mayo estos números se dieron vuelta. Algunos los miran y surgen diferencias con el largo plazo. ¿Devaluar o no devaluar? ¿Salta la inflación si se concreta? ¿Y el CEPO?
3. Desmonetización de la economía, poca plata en los bolsillos y en las cuentas corrientes, considerando especialmente M0 y M1, o sea indicadores de alta liquidez. Las consecuencias más evidentes, son caída de la actividad y castigo a los pobres e informales. ¿Pero si no hay múltiples monedas no se ven con mejores ojos a los pesos? No mencionamos en el documento encajes o similares, pero el dinero bancario aumentó.
4. Las marchas y contra marchas de la Inflación y del Tipo de Cambio dan lugar a que impere la confusión y la pregunta: ¿Dónde estamos parados? No incluimos las cuestiones fiscales y otros indicadores.
5. El Gobierno supone que, desregular todo y mantener un Estado mínimo, es lo deseable y lo mejor. Al menos así lo expresan los discursos de Milei y de sus colaboradores. Es por eso que, en las empresas, especialmente las tecnológicas, esto suena muy bien, seguramente también en Trump y en los grupos de extrema derecha europea. Sobre esto se puede decir, como comentario adicional, que fueron muchos años de trabajo en la comunidad europea para lograr dejar atrás millones de muertos y lograr un Pacto de Estabilidad y Crecimiento, incluyendo una moneda común. No es poco, pero algunos quieren romper lo logrado.
6. Mirando los números del periodo 2015/2019 se puede concluir que Macri, con alta confiabilidad inicial, pudo levantar el CEPO y sostenerlo a un alto costo con ingresos de capitales y la con ayuda del FMI, pero finalmente no alcanzó. Quienes debieron aconsejarlo, especialmente desde el BCRA y poner freno al drenaje de dólares sin pausa de la Balanza de Pagos y del Balance Cambiario, miraban para otro lado. El Gobierno de Macri terminó muy mal, con el Cepo nuevamente instalado de la mano de Lacunza, que no tuvo opciones.
7. Nuevamente se actualizaron las discusiones y propuestas: CEPO SÍ o CEPO NO. A Milei y a Caputo les preocupa que no ingresen dólares necesarios para sostener el posible cambio. A pesar de la caída de liquidez tanto medido con el M0 o M1, nadie puede saber qué pasará con el dólar si se levanta el CEPO. Sin dólares pueden no existir frenos y si salta o simplemente se mueve, la inflación acompañará, siempre lo hace. Recordemos que Milei ya lo hizo saltar fuertemente en diciembre. La confianza y las expectativas sobre el futuro resultan fundamentales. De lo contrario, los Recursos Monetarios del Sector Privado (Cajas de Ahorro y Plazos Fijos), que no son pocos, pueden generar problemas complicados si se van para un lado u otro. Por ahora parece que impera la prudencia.
8. ¿Cuántos dólares disponibles necesita Milei para llevar adelante la eliminación del CEPO, convivencia de monedas, Caja de Conversión o simplemente dolarizar con un tipo de cambio fijo? No lo sé. Seguramente y por las dudas, no son pocos.