En el reciente Informe Anual del FMI de 2021, Kristalina Georgieva, directora gerente, enuncia “que esta asignación de USD 650.000 millones, la más grande en la historia del FMI, permitirá un incremento sustancial de las reservas y la liquidez de los países miembros, sin que esto implique un aumento de su endeudamiento. También estamos evaluando opciones para que los países con sólidas posiciones financieras canalicen voluntariamente DEG hacia países vulnerables”.
Seguramente en esto los países que tienen las cuotas más importantes, en especial Estados Unidos, con capacidad de veto, dieron luz verde.
Según Kristalina, la tarea más urgente sigue siendo lograr que todo el mundo esté vacunado lo antes posible. “En mayo el personal técnico del FMI presentó un plan de USD 50.000 millones que apunta a vacunar al menos al 40 % de la población en todos los países para fines de 2021 y un 60 % para fines del primer semestre de 2022”.
Pero Kristalina no se detiene en lo anterior sino que enuncia una segunda prioridad: “Consiste en ayudar a los países a hacer frente a la creciente carga de la deuda pública. Los elevados niveles de endeudamiento que tenían al empezar la crisis pusieron a muchos países de bajo ingreso en una posición de mayor vulnerabilidad y continúan limitando su capacidad para adoptar las tan necesarias políticas de apoyo. Ampliamos el financiamiento concesionario para los países de bajos ingresos”.
Argentina no está entre los países de bajos ingresos, pero sí entre los que tienen creciente carga pública. Por ese lado podemos ligar algo, pero aún no sabemos en qué andariveles se desarrollará lo último.
Pero vayamos a lo primero, a la ampliación de las asignaciones de DEG, debemos algún reconocimiento a Kristalina, al G-20, a la Junta de Gobernadores, a los Directores Ejecutivos del FMI y seguramente a muchos más.
A la Argentina le vino de rechupete los DEG del Fondo. Le permitió hacer carambola, no sé si a tres bandas porque no conozco mucho el juego, pero golpeó donde tenía que golpear. Veamos.
Ingresan los DEG y el BCRA engorda sus Reservas, le entrega al Tesoro (los DEG son del Tesoro) el importe en pesos, algo así como el primer golpe. Luego el Tesoro le entrega al BCRA una Letra a 10 años y retira los DEG con los cuales le paga al FMI una cuota en setiembre y hará lo mismo en diciembre, sería el segundo golpe. Pero para completar la jugada de pizarrón y coronar una buena tarea le entrega al BCRA los pesos que en su momento recibió del BCRA y achica la deuda por los Adelantos Transitorios. Si esto fuera un proceso continuo y sin interrupciones, estamos salvados.
Obviamente un pensador como Fontanarrosa no podía estar ausente en estos eventos. Así es como por medio de un personaje que suponemos es primo tercero de Inodoro se mete de pleno en la relación con el FMI y discurre con agudeza las problemáticas que se presentan cuando se discute el sistema de pagos internacionales, tipos de cambio de las monedas nacionales, consultas del Artículo IV, Carta de Intención, Acuerdo de Derecho de Giro (Acuerdo Stand-By), Servicio Ampliado, Línea de Crédito Flexible, Línea de Precaución y de Liquidez, Línea de Liquidez a Corto Plazo, Instrumento de Financiamiento Rápido y seguramente algún otro que los funcionarios de los países analizan con microscopio.
La conversación entre un Delegado de un país deudor (que resultó ser primo tercero de Inodoro) y un Licenciado Ministro, seguramente de Economía de ese país deudor.
Dice el Delegado: “Licenciado, hay una nueva imposición del Fondo Monetario Internacional”.
Responde el Licenciado, muy trajeado: “¿Otra más? ¿Qué quieren ahora?”
Responde el Delegado: “Que no use más esa corbata”.
Era una corbata con círculos, nada del otro mundo.
Por suerte el Delegado (primo tercero de Inodoro) debe haber sido de otro País, no nos toca, por estos lados casi ni se usa corbata.