En este documento retomamos la inflación o los Índices de Precios del mes de setiembre y agregados, como los numerosos compradores de dólares. Podemos decir que con la pandemia en pleno desarrollo, la inflación no pasa desapercibida, lucha contra el Covid-19, resiste y hasta se podría decir que gana o ya cuenta con la vacuna (la inflación).
Para recrear las exportaciones, la inflación y los aumentos de precios, especialmente del Capítulo de Alimentos, recurrimos a Inodoro Pereyra quien ya en 1995 visualiza la realidad que venía galopando: “Acá, en mi dormitorio, vamos a sembrar soja, que es planta de interiores _le dice a Mendieta_. Y papa en la cocina, para evitar los intermediarios”.
Cuando poIngamos punto final a este informe, nos abocaremos a indicadores que den señales sobre cómo está operando la economía. Hemos encontrado números interesantes. Los datos recientes al momento de redactar el documento fue el anuncio del ministro Guzmán sobre financiamiento del Tesoro y los movimientos en el mercado cambiario. Dice: “El Ministerio de Economía anuncia que durante los meses de noviembre y diciembre no se solicitarán asistencias del Banco Central al Tesoro en forma de Adelantos Transitorios, tras las cancelaciones efectuadas en los últimos días. En cuanto a la política financiera ………se apunta a renovar la totalidad de los vencimientos de capital e intereses y obtener financiamiento neto de mercado por hasta un 10% respecto del total de vencimientos de dicho período. Cualquier incremento de financiamiento neto que supere ese umbral será destinado a reducir adicionalmente el nivel de asistencia del Banco Central”.
Después de los avatares de la deuda, ahora ordenada, el esfuerzo para regularizar el financiamiento del Tesoro, y con el Presupuesto casi aprobado, el Riesgo País debiera estar nuevamente en los 1.000 puntos, pero nunca se sabe.
Siguiendo con la cuestión en un “Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu” sobre el Presupuesto: dice Montesquieu “Toda la obra de la administración financiera, por muy vasta y complicada que sea en sus detalles, se reduce, en último análisis, a dos operaciones harto sencillas: recibir y gastar. En torno de estos dos órdenes de hechos financieros gravita la multitud de leyes y reglamentos especiales, que también tienen por objeto una finalidad muy simple: hacer de manera que el contribuyente no pague más que el impuesto necesario y regularmente establecido, hacer de manera que el gobierno no pueda utilizar los fondos públicos sino en erogaciones aprobadas por la nación”……………………………….Continúa Montesquieu: “Tal resultado pudo alcanzarse mediante la creación de lo que, en el lenguaje moderno, se llama el Presupuesto del Estado, es decir, el cálculo aproximado o la relación entre entradas y salidas, previstas no para un período de tiempo prolongado, sino cada año para el servicio del año siguiente. El presupuesto anual es el elemento capital y en cierto modo generador de la situación financiera, que mejora o se agrava en proporción a los resultados verificados”. En otra oportunidad continuaremos con las respuestas de Maquiavelo.
Setiembre fue un mes particular donde se produjo (para mal o para bien) confluencia entre la variación del dólar y la inflación. Se redujo la tasa de interés real y el Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) fue negativo. Demasiado.
Como siempre, el énfasis es la inflación con algunas conjeturas. Los gráficos tratamos de hacerlos más claros poniendo el acento en las variaciones de cada mes, en 12 meses y por año en períodos más prolongados y más cortos para agregar detalles.
El promedio de varios organismos que producen el IPC alcanza el 2,6 %, tal como se puede apreciar en el cuadro y en el primer gráfico. Si seguimos la inflación de setiembre 2020, en algunos países tenemos un ataque de envidia (estamos tratando de buscar otra palabra), España, -0.37 %; Italia, -0.68 %; Francia, 0.05 %; Estados Unidos, 0.14 %; Chile, 0.64 %; Brasil, 0.64 %, y Perú, 0.14 %. ¿Hoy la inflación debería bajar? Nos estamos quedando sin argumentos.
No nos sorprenden los millones de personas que compran dólares. En el 2020 siguieron siendo muchedumbres, pero duramente acotados en el monto de compra. Pero comprar un dólar implica estar expuesto al clima, largas colas virtuales, sacrificios, condena al fuego eterno. En setiembre 3.400.000 (48 estadios de River al mango) completaron la compra y finalmente ese importante número (millones personas) ya esperaba el siguiente mes.
El presidente Fernández ha dicho sobre la pandemia: “Sigamos atentos la situación, que nadie tome con displicencia este tema”. Y tiene razón.