El dólar oficial mayorista se mueve con lentitud o parsimonia, un resultado buscado y por lo visto, pase lo que pase, se mantendrá, por lo menos hasta conocer los resultados de las elecciones de noviembre. En agosto se incrementó el 1,1 %.
El Riesgo País (RP) se sostiene tozudamente arriba de los 1.500 puntos. Hasta el momento no se encontró la forma de doblegarlo, achicarlo y que muestre mejor rostro.
El Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), si bien hoy está entre los más elevados desde el 2010, los valores mensuales del año 2021 van disminuyendo mes a mes, entre otras cosas por lo que decimos de la lentitud del tipo de cambio. Pero a este Índice seguramente se le deben agregar otros elementos adicionales que lo debilitan.
Podemos decir que el espíritu bimonetario continúa alicaído por las restricciones para la compra en el mercado oficial. No obstante un buen número de valientes van sorteando dificultades para obtener el billete y por lo visto para unos cuantos la moneda de reserva no es la que emite el BCRA. Son seguidores fundamentalistas de la Reserva Federal de USA y del dólar como reserva internacional. No se los puede convencer de lo contrario.
En agosto, el dólar CCL ($ 173) juega en la brecha (78 %) con respecto al dólar oficial ($ 97,2). El BCRA está funcionando con todo lo que tiene a mano para que no se disparen los valores y hasta el momento lo está logrando. Solo es cuestión de tener reservas necesarias. Simple.
El objetivo del ministro del 29 % de incremento en los precios a diciembre del 2021 se logró, pero anticipadamente. En julio se lo alcanzó. Y se prepara para el año 2022 con otro anticipo en este caso del 33 %.
La tasa de Política Monetaria desde abril del 2020 se mantiene en el 38 %, cuestión que también depende del humor y de las espaldas del BCRA.
Los salarios se acercaron a los índices inflacionarios, pero la mayor diferencia es justamente con el Capítulo de Alimentos.
La inflación muestra en agosto un pequeño respiro, un descenso respecto de meses anteriores, pero las perspectivas no parecen ser muy alentadoras. No forman parte hoy de las preocupaciones centrales, pero se debe aclarar que en los últimos 5 meses lentamente los promedios del Nivel General fueron disminuyendo.
El Capítulo de Alimentos se está acercando y en algunos casos supera peligrosamente valores interanuales del 2019, con lo cual ya estamos diciendo mucho. En esta carrera le ganamos al más pintado. Sin mucho esfuerzo llegaremos a fin de año superando el 50 %.
El Capítulo de los servicios, que incluye entre otros agua, electricidad y gas, muestra diferencias notorias con otros precios. Se manifiestan en algunos casos en un tercio en comparación con el Nivel General.
Como estamos en plena carrera electoral consultamos a Inodoro Pereyra sobre anécdotas o experiencias y por qué no enseñanzas en estos procesos y conductas de votantes. Así es como Inodoro camina por las tierras del sur con Mendieta y se encuentra con Serafín, un viejo domador conocido.
Saluda Serafín: “¡Güenas y santas, don Inodoro!”.
Responde Inodoro: “¡Serafín! ¿Cómo anda?”, y también saluda Mendieta: “Ahura Serafín”.
Contesta Serafín: “Reciencito vengo de votar. Yo voto en el Esquina del Soplo. Ayá donde dobla el viento. Estaba empadronado en un refugio cordillerano, a unos 7.000 metros de altura. ¡Con decirle que el presidente de mesa era el Yeti!”.
Dice Inodoro: “Si era tan lejos podría no haber votado, Serafín”.
Muy serio responde Serafín: “¡Nunca!”, y explica: “A lomo de mula crucé montañas, superé vayes, vadié ríos, humiyé arroyos congelados, pasé lagunas, trepé ventisqueros, escalé fiordos, salté estrechos. Me sepultaron aludes, me rigorió el granizo y me atacaron manadas de pingüinos salvajes… ¡Pero yegué!”.
Inodoro lo felicita: “¡Ah, fiera!”, para luego decirle con mucho cuidado y respeto democrático: “Y si no es impertinencia, Serafín… ¿Por quién votó?”
Serafín le responde tranquilo: “Voté en blanco… No estaba muy convencido ¿sabe?
Cierra el diálogo Inodoro: “Cada uno es cada quién, Serafín”. Mendieta asiste a la reflexión.
Hasta podemos extraer una moraleja que seguramente la estarán pensando los partidos políticos. ¿Convencer a los que votaron en blanco? ¿Mostrar el esfuerzo para ir a votar superando problemas, dudas y ventisqueros?