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El origen

Independientemente de las múltiples interpretaciones que a lo largo de la historia se han publicado sobre los orígenes del estado, todas estas interpretaciones coinciden en verlo  como un dispositivo ordenador de las sociedades. Tanto desde las visiones centradas en la mirada desde el interés individual como del comunitario, resulta evidente que los estados surgieron como consecuencia de contradicciones sociales entre los individuos de las diversas comunidades y, de alguna manera, se generaron acuerdos explícitos o tácitos para establecer límites a los conflictos suscitados.

Siempre que existen contradicciones  y por lo tanto conflicto entre distintos grupos, va de suyo que hay un interés en un objeto común de deseo que se quiere poseer y no compartir. Esta es una conducta que también observamos en animales no humanos cuando el objeto de deseo es escaso; pero cuando el mismo es abundante, el conflicto desaparece, no compiten los animales por el agua de un río, ni por el pasto de los campos, o los carnívoros por la carne cuando la presa que cazaron es grande y alcanza para muchos. Podemos ver a leones, lobos o buitres compartiendo el alimento si este es suficiente para todos. Pero hay una conducta que parece ser privativa de los humanos y tiene que ver con la aparición de los excedentes de producción. Estos, más allá de la tranquilidad de comer mañana, de paliar la inseguridad ante la posibilidad de hambre futuro, se apropian de estos excedentes como un elemento de poder, como una moneda de cambio para manejar las voluntades de otros.

Cuando los humanos, luego de miles de años de vivir como nómadas cazadores recolectores descubrieron la agricultura y el pastoreo, pudieron producir más alimento que el que debían consumir de  inmediato. Fuera por la cosecha que se podía guardar para futuro alimento o por rebaños que aunque se trasladaran aseguraban leche y carne para mañana, esas cosechas y esos rebaños constituyeron los primeros excedentes de producción. 

Los individuos más agresivos de los primeros conglomerados humanos, a partir de una mayor capacidad de violencia se apropiaron de estos excedentes de producción, dando origen así a la aparición de la propiedad privada y, como diría JJ Rousseau, a la ‘desigualdad de los hombres’ y al nacimiento de una clase dominante, la propietaria de esos excedentes, y por ende, de una clase dominada que dependía de la primera para sobrevivir y para lograrlo debía servirle a esta.

El trabajo ya no fue solo recolectar o cazar, la consecuencia de la evolución que desarrolló la capacidad de elaborar herramientas, vestimentas y armas, permitió que esas herramientas se aplicaran a la producción. Probablemente los bienes producidos por un grupo fueron codiciados por otro y lucharon por ellos, quedando el triunfador como propietario y el vencido conservó su vida quedando como esclavo del vencedor. No fue entonces esta la causa de la aparición del estado, el estado no fue necesario para garantizar la esclavitud sino para que otros grupos libres no intentaran apropiarse de lo que esta naciente clase dominante poseía. 

Con otros grupos que hicieron lo propio generando sus excedentes surgió el intercambio, anticipo del comercio, la esclavitud aseguró  solo un un modo de producción que garantizaba excedentes, riqueza para los amos. La competencia y codicia entre los grupos dominantes se resolvió inventando límites que legitimaran la propiedad privada. Estos límites que garantizaron la propiedad fueron la génesis del estado. “El hombre es lobo del hombre” dice Hobbes en su Leviatán. Los humanos solemos ser como el agua, si no se le pone límites, nos inunda. En todo caso nuestro modo de vida dependerá del acuerdo o desacuerdo social existente para administrar la producción, el espacio existente entre la propiedad de unos y otros pasaría a ser “la cosa pública” lo que tenemos como espacio y tenencia en común.

Las herramientas sobrenaturales

Todo conflicto debe estabilizarse en algún momento ya que no puede permanecer en el clímax por tiempo indefinido en el mismo espacio territorial. En algún momento no bastó la capacidad de violencia del sector dominante para garantizar su propiedad de los excedentes producción y se agregó un supuesto contacto con lo sobrenatural que también legitimaba sus pertenencias y liderazgo. En torno a la apropiación, el monopolio de la violencia y la administración de las creencias se parieron los conceptos de legitimidad y ley, los dioses así lo querían. Estaba apareciendo el estado con el monopolio de la violencia por parte de la clase dominante, ahora legitimado y también esa clase dominante aumentaba notablemente los excedentes de producción en su beneficio merced a la esclavitud, con esclavos que pasaron a ser parte de su hacienda, su propiedad privada.

Un resumen de historia socioeconómica

Hemos visto muchos modelos de estado, desde el más brutal y primitivo estado esclavista, en el que los enemigos derrotados se convertían en esclavos, pasando a ser objetos de uso y de comercio, parte de la hacienda; pasando por el estado feudal, surgido como consecuencia del debilitamiento de los imperios y la fragmentación de las clases dominantes, en el que no podía sostenerse el esclavismo siendo reemplazado por la servidumbre como modo de producción, volviendo luego al absolutismo monárquico a partir de la concentración de poder por sectores triunfantes de las clases dominantes. Luego la declinación del absolutismo monárquico y el despotismo ilustrado cedieron paso al estado  moderno surgido luego de la revolución industrial y la revolución francesa, el estado burgués, que a partir de un modo de producción más eficiente fue incrementando su poder económico hasta poder disputar el poder político.

Ya el modo de producción industrial de la burguesía empoderada no podía mantener esclavos ni tampoco le era útil la servidumbre del modo de producción feudal, era más eficiente y conveniente para la nueva clase dominante tener obreros que se ocuparan por su cuenta de obtener casa y comida. Podemos ver a la guerra civil estadounidense como un laboratorio en el que se enfrentaron dos modos de producción en una unidad territorial en la que no había espacio para que ambos pudieran convivir. 

Antes de la aparición del estado burgués, el poder político y el poder económico coincidían en las personas de las monarquías y sus respectivas aristocracias. A medida que los hombres libres que no pertenecían a la aristocracia fueron generando poder económico comenzaron a competir por el poder político. Es de destacar que la lucha de las mayorías dominadas fue consiguiendo limitar el poder de las clases dominantes estableciendo leyes que protegieran a la generalidad de la población lo que si bien constituye un límite al abuso de las clases dominantes también ha sido un dique de contención para que los enfrentamientos entre las clases sociales no fueran mayores.

Los cambios de paradigmas

Vemos que la evolución de las relaciones sociales está signada por la evolución de los modos de producción. Comunidades crecientes, cada vez mayores, requieren también mayor cantidad de bienes y servicios aunque siempre se ha mantenido la desigualdad social entre los trabajadores y los dueños de los medios de producción. Pero no solo las relaciones sociales han evolucionado, también lo han hecho la ciencia y la tecnología que no es otra cosa que ciencia aplicada. Como consecuencia de esta evolución científico tecnológica han evolucionado también los modos de producción. 

Lo que Zbigniew Brzezinski, en la década del 80, llamó “La era tecnotrónica” supone un cambio de paradigma en la matriz productiva global.  La robotización de la producción, que obviamente requiere cada vez menor cantidad de mano de obra humana, y la aparición de la internet, un desarrollo reciente para el público en general pero existente desde finales de la década del 50 como desarrollo militar de los EEUU, gran triunfador emergente de la segunda guerra mundial, son hitos fundamentales a valorar. 

Es dable mencionar que los EEUU triunfaron dos veces en la segunda guerra; en principio financiando a los países europeos que quedaron como sus grandes deudores, constituyéndose así en el heredero del imperio anglosajón; y en segundo lugar en Hollywood, creando a través del cine la sensación de ser los grandes protagonistas de esa contienda en la que aportaron el menor número de tropas y de muertos. 

La aparición de redes sociales como facebook, instagram, twitter, el home office permitido por la tecnología y magnificado como una de las consecuencias de la pandemia Covid 19 nos encuentran hoy con la mayor concentración de capital de la historia en la menor cantidad de manos. Hace tiempo sabemos que el 1% de la población mundial tiene la misma cantidad de riqueza que el 95% restante, que 10 empresas multinacionales facturan por encima del PBI de China.

Historia cuasi reciente

Obligadamente tenemos que repasar algunos antecedentes que aparecen como fundamentales y fundacionales de algunas de las realidades socioeconómicas que tenemos hoy. Ya hemos hablado en otros artículos sobre la “Trilateral commission», entidad privada que nucleaba a representantes de grandes empresas, fundamentalmente de capital financiero, de EEUU, Europa y Japón, y ‘casualmente’ organizada por Zbigniew Brzezinski, cuya primera reunión fue en julio de 1973 y tuvo como miembro informante a David Rockefeller. El mismo en su discurso planteó que en el año 2000 el combustible serían los alimentos y había que impedir “a como dé lugar” que los países en los que tenían “influencia» se industrializaran. Esto fue, no solo el inicio del neoliberalismo sino también del plan Cóndor que tanta muerte trajo a América Latina y  que luego de 50 años, en los documentos desclasificados de la CIA sabemos que fue diseñado por Henry Kissinger. En la segunda reunión, a mediados de 1975 el miembro informante fue el barón Rothschild, representante del Club de París; su planteo fue que había desaparecido el sentido de las fronteras políticas, que “el mundo debía ser manejado por las corporaciones multinacionales”, virtualmente la inauguración del anarco capitalismo que vocifera nuestro Idi Amin blanco.

Conclusión

¿Qué representa la destrucción del estado? Representa la destrucción de todo límite al totalitarismo corporativo del capital concentrado. Es el discurso perverso (del latín per: a través de. Versus: dar vuelta) de intentar apropiarse de la palabra libertad cuando en realidad el objetivo es la esclavitud de las mayorías bajo el pie opresor de las corporaciones multinacionales y el capital financiero, lease fondos buitres, que diagraman un mundo feliz para pocos y un infierno, genocidio incluido, para muchos. El estado, a pesar de garantizar desigualdades, se comporta como el límite concreto a la avidez de las clases dominantes. Las constituciones, símbolo jurídico de los estados impiden la esclavitud, tal vez por eso los declarados libertarios intentan violarlas permanentemente.

La historia puede evolucionar técnicamente de manera constante, pero la involución social es posible, estos son sus abanderados. El modelo esclavista no necesita estado, solo amos.