Estamos en una época en que es imposible resolver los problemas de la economía nacional desde la exclusiva observación de ella misma. Se impone colocar la perspectiva nacional en las alternativas que ofrece la economía mundial. En este momento, la economía mundial está sumida en una rivalidad entre Estados Unidos y China y hay que entender esa rivalidad.

 

La economía mundial tal como se expresaba a través de la dirección estadounidense profundiza su financierización porque es más compleja y difícil la inversión productiva, ya muy dependiente de la nueva revolución tecnológica que va camino de una creciente automatización. En esas condiciones, la inversión más rentable e inmediata es la financiera, porque además se necesitan más fondos líquidos para sostener la inversión productiva.

China ha avanzado con mayor velocidad en la revolución tecnológica, sobre todo porque su economía está dirigida por el Estado en esa dirección. El presidente Donald Trump, en Estados Unidos, tomó a su cargo apostar a una intervención del Estado que promueva la revolución industrial en Estados Unidos y, a la vez, que sea capaz de frenar a China. Pero debe hacerlo en los límites de un capitalismo muy financierizado, para lo cual debe reordenar la producción.

Cómo?,modificando en gran parte la integración financiera existente y reformulandola en favor de Estados Unidos, lo que no sólo perjudica a China sino también a la Unión Europea.

Para apoyar su desarrollo tecnológico, China debe recurrir a la expansión de la economía mundial y, al hacerlo favorece la producción de los llamados países emergentes y ofrece una vía de desarrollo al conjunto del mundo, como la economía nacional más dinámica.

Su integración mundial la realiza a través del mercado mundial y mediante la llamada Ruta de la Seda, bajo la dirección del Estado.

Estados Unidos, como expresión del capitalismo financiero y su crisis, requiere también una dirección estatal representada por Trump, pero ésta no puede superar la limitación respecto al crecimiento mundial de la economía basada en las finanzas ni puede terminar de imponer un curso fácil para el desarrollo de la revolución tecnológica apoyada en el avance de la automatización, el trabajo diferenciado y la exclusión social, que Trump trata de trasladar a China y a los demás países en favor de Estados Unidos. Por eso su régimen es dirigista.

El dirigismo chino apunta al crecimiento mundial a través de la Ruta de la Seda, porque es la única manera de que China pueda seguir con su desarrollo propio. Y es también la manera más directa de generar las condiciones para el desarrollo de la Revolución Tecnológica, que encuentra su mejor base de sustentación en la expansión de la economía mundial.

Estados Unidos necesita también la revolución tecnológica, pero trata de limitar relativamente su desarrollo a Estados Unidos. Por qué? porque no puede generalizarla sin modificar y adaptar la financierización a esa posibilidad. Y esto es imposible sin un curso dirigista de ordenamiento que no es aceptado por el conjunto de las clases dominantes.

El dirigismo estadounidense no libera la forma de concentración financiera pero la fuerza para modificarla, y al hacerlo limita el crecimiento dirigido chino y afirma un ajuste dirigido en el resto del mundo. Esto es que lleva a que muchos sectores y países busquen una salida en la asociación con China.

China integra cada vez más sus regiones y a estas con el mundo a través de la Ruta de la Seda.

Ya comenzó la producción de coches eléctricos para exportación en empresas mixtas con corporaciones emergentes (stars up), y se discute si llegan a ser grandes corporaciones globales mixtas para competir en el mercado mundial. En esa discusión están los ocho países de la Organización de Cooperación de Shanghai en la que participan China, Rusia, India y Pakistán, más otros países menores, observadores (entre ellos Irán) y otros cinco aspirantes a integrarla. Hay más emprendimientos con grandes países desarrollados, como el primer tren de carga entre China y el Reino Unido, que será movido en el futuro con energía solar y el Acuerdo de Libre Comercio Africano de marzo 2018 con 55 países de ese continente junto al que reúne un tercio de la población mundial. China invertirá en proyectos conjuntos con ellos más de 60.000 M dóls, dentro de la Agenda África 2063 y espera que con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) pueda avanzar como en África y lograr acuerdos y proyectos similares.

La guerra comercial de Trump no se entiende sin el trasfondo de la lucha por la Revolución Tecnológica y de estos acuerdos comúnmente llamados de la Ruta de la Seda, especialmente los relacionados con países de nuestro continente, por lo que seguirá haciendo todo lo posible para bloquear tal posibilidad, pese a que China se está convirtiendo en el primer socio comercial y financiero de América Latina y el Caribe.

El Espíritu de Shanghai tiene su base en La Franja y la Ruta cuya meta es crear una gran Comunidad de Futuro Compartido, en la que ya hay unas 70 u 80 naciones con disposición a integrarla y se fundamenta en la igualdad de trato, solución pacífica de las controversias, consultas permanentes entre las partes, respeto a la diversidad cultural, visión estratégica y desarrollo común.

China propicia el reagrupamiento de los países emergentes apoyado en el predominio de las decisiones interestatales para afrontar los problemas globales, destrabar las economías del Sur, y promover el fin de la vieja hegemonía, ahora revivida, ya que frente a la crisis, Trump trata de concentrar esa hegemonía en el poder estadounidense y al hacerlo limita los espacios nacionales frente a Estados Unidos, lo que está dando lugar también a un aumento de los negocios con China, frente a lo cual el gobierno de  Trump se vuelve a concentrar ahora sobre América Latina.

El dirigismo estadounidense limita la acción de crecimiento del dirigismo chino, y por eso limita también el crecimiento mundial, pero al hacerlo fuerza un reforzamiento de la iniciativa privada china para separarla de la dirección estatal y atraerla a su órbita, así que cuanto más se prolongue el enfrentamiento, más se va a desarrollar el capital privado en China.

Una muestra del dirigismo estadounidense es el muro fronterizo con México. Lo hace para resguardar el mercado interno para el trabajo asalariado estadounidense,  elevar el salario, e integrar más a la economía mexicana con la estadounidense. Va seleccionando en lo posible las industrias, de tal manera que prevalezca la radicación en territorio de Estados Unidos y la diferenciación salarial en su favor, aunque favoreciendo relativamente el salario en México al asegurarle a sus industrias la forzada complementación con las estadounidenses. Esto es lo que trata de aprovechar el presidente López Obrador (AMLO) para elevar el salario en esas industrias en México.

2)  El monetarismo no reduce la inflación sino que reduce el nivel del salario y eleva la participación en el ingreso nacional del capital, y cuando esa forma de desenvolvimiento reduce la economía productiva en favor de la financiera, termina reduciendo también el ingreso nacional, que es lo que está sucediendo en la Argentina.

Según puede verse en el informe, los cálculos del PBI de 2018 teniendo en cuenta el cambio en el valor del dólar, cayó de 633.000 M dóls a 498.000 M el PBI en dólares corrientes para el acumulado anual hasta el I trimestre de 2018. La declinación va a continuar en 2019, año que podría terminar con un PBI de 450.000 M dóls. Esto significaría que el ingreso per cápita se redujo de 14.000 dóls per cápita a poco menos de 10.000 dóls per cápita en 2019. La contracción del PBI en el III trimestre 2018 fue de -3 5% i.a, la baja alcanzó a -11,2% en la formación bruta de capital fijo y dio lugar a una caída de la inversión productiva en octubre de 16,3% i.a.

Esto muestra también que la emisión cero no frena la inflación. El gobierno nacional terminó 2018 con una emisión cero para financiar el déficit fiscal. Esta emisión para financiar el Tesoro Nacional fue creciendo paulatinamente con posterioridad a la crisis de 2008, fue frenada en 2015 en alrededor de 175.000 M pesos, se elevó en 2017 a los 414.500 M y se redujo en 2018 a poco menos de 1.300 M, pero la inflación no se frenó al final del año, en todo 2018 fue de 47,5% y es difícil que baje de 30% en 2019.

De la “lluvia de inversiones” prevista no llega sino la colocación financiera, que obliga a un pago mayor de intereses.

Los once primeros meses de 2015 cerraron con un rojo total -tomando en cuenta el gasto en intereses de la deuda- de 3,72% del PBI,  y en el mismo período de 2018 el déficit fiscal total fue de 4,16% después de haber sido de 4, 77% en 2016 y de 4,54% en 2017 por una proporción cada vez mayor del déficit por intereses. Este último pasó de casi 1% en 2015 a 1,30% en 2016, 1,84% en 2017 y 2,44% en 2018.

En el III trimestre, los flujos de IED (Inversión Externa Directa) sumaron 3.150 M dóls, 5% menos que en igual período 2017, y 2.100 M dóls fueron reinversión de utilidades,  y como no hay acceso al mercado financiero internacional y se debió recurrir al FMI.

Cambiemos no puede subsistir con la sola integración a Estados Unidos y al capital financiero, sino que debe recurrir forzosamente a buscar una mayor vinculación con China, tanto en el comercio como en el financiamiento de inversiones en infraestructura y sirve para ilustrar lo que se afirma en el primer punto de estas conclusiones.

3) En ese escenario, desincentivar la industria local reduce las posibilidades de crecimiento, reprimariza relativamente la economía y al mismo tiempo aleja el desarrollo tecnológico. Porque si bien éste existe también en las ramas primarias que se desarrollan tecnológicamente, encuentra sus mayores posibilidades en la economía industrial. Por eso el retroceso en el ingreso nacional experimentado en los tres años que van de 2016 a 2018 se extenderá a 2019 y terminará convirtiendo a la Argentina en un país más atrasado que en 2015.

Esto no quiere decir que la forma de desarrollo que imperó de 2009 a 2015 permitiera el crecimiento continuado.

Se posibilitó en la fase de expansión mundial que tuvo lugar desde la 2002 hasta la crisis de 2007/2008, pero no después.  Los problemas se agravaron porque no se reconoció el carácter de esa crisis sino que se trató de superarla sosteniéndola con inflación. Pero como se trataba de una crisis estructural del sistema mundial (el paso previo a un desarrollo tecnológico superior), esa posibilidad no tuvo futuro, y menos en un sistema regional –el Mercosur- que se desintegraba, por falta de una visión de futuro de la nueva situación tanto en Brasil como en la Argentina.

4)  Cavallo apunta al peligro que significa sustituir a Macri por una economía más libertaria como la que postula José Luis Espert y los liberales ortodoxos, ya que eso divide el frente del ajuste, por lo que aconseja a Cambiemos aceptar en lo inmediato que su política va a seguir siendo inflacionaria.

El ex ministro de Economía del menemismo y el gobierno de la Alianza,  dio consejos al presidente MM para no perder la elección de 2019: “Si el Gobierno no presenta un plan económico realista y sincero para el período 2020-23, que inspire confianza a los inversores argentinos y extranjeros y logre bajar el riesgo país, corre el riesgo de perder la elección”. Y continúa:“Si el BCRA logra mantener estabilizado el precio del dólar (digamos aumentando en promedio 2% mensual de aquí hasta el final de 2019) es posible que la inflación promedio de los próximos 12 meses se ubique en 1.8% mensual. Esta fue la tasa mensual promedio de los precios online entre junio de 2016 y abril de 2018, luego de que se completara el traslado a precios de la devaluación asociada con la unificación del mercado cambiario y antes de que se desatara la interrupción repentina del flujo de capitales a partir de mayo de 2018”, sostiene Cavallo.

Para Cavallo, “es mucho más difícil reeditar una reactivación de la economía como la que se dio a partir del III trimestre de 2016 y le permitió al gobierno llegar a la elección de octubre de 2017 con un clima de optimismo y esperanza. La diferencia es que, a lo largo de 2017, la tasa de riesgo país estuvo descendiendo y las tasas reales de interés, aun siendo relativamente altas, más altas de lo que hubiera sido necesario para evitar el atraso cambiarlo por exagerada entrada de capitales de muy corto plazo, no impidieron que los empresarios argentinos decidieran apostar al crecimiento y comenzaran a invertir”. Sin embargo, “ni el fuerte apoyo del FMI ni la fuerte política de contracción monetaria ha logrado revertir la interrupción del flujo de capitales”. “El ajuste de la cuenta corriente de la balanza de pagos se ha producido por una contracción extrema de las importaciones por la fuerte recesión, la nula inversión del sector privado y la caída en la inversión pública”. “Si el gobierno no centra su campaña presentando un plan económico de estabilización y crecimiento realista y sincero, que inspire confianza a los inversores argentinos y extranjeros y logre a la vez bajar las tasas reales de interés y el riesgo país, es muy probable que pierda la elección presidencial.

“Este plan, afirmó, deberá explicar:

  1. a) cómo conseguirá bajar el gasto público y la presión fiscal a no más del 30% del PBI;
  2. b) cómo eliminará el sesgo anti-exportador de la economía;
  3. c) de qué forma implementará la apertura por el lado de las importaciones para facilitar la integración de la economía interna a las cadenas de valor del mundo, sin que las empresas eficientes queden descolocadas por impuestos distorsivos y regulaciones que encarecen el costo argentino;
  4. d) cuáles serán los objetivos de la reforma de la legislación laboral y del sistema impositivo que encarece el costo laboral y disminuye el salario de bolsillo;
  5. e) en qué consistirá la reforma previsional;
  6. f) cuáles serán las reglas del sector energético y de los sectores en los que se quiere priorizar la inversión privada;
  7. g) a qué sistema monetario se tenderá, teniendo en cuenta la dolarización de hecho que existe en la Argentina.”

Cavallo consideró que “sin duda, una estrategia de marketing político ayudará… , pero de nada servirá si el candidato y su equipo no son capaces de presentar un plan realista y sincero”. Y particularmente para Macri “que ya ha gobernado cuatro años y no va a ser creíble si no reconoce los errores que condujeron a la actual situación”. Señaló que “la elección del año próximo es muy importante”. Y lanzó un mensaje para sus “amigos libertarios”: “Les advierto que es muy poco probable que, si Cambiemos no logra presentar y ganar la elección con un buen plan de estabilidad y crecimiento, haya por muchos años la posibilidad de que gane una futura elección una propuesta más liberal que la de ese plan. Lo más probable, es que asistamos a otro largo período de políticas ¨Duhalde-Kirchneristas¨ como las de los años 2002 al 2015”.

5) No debe creerse que si la economía de Cambiemos sigue por la misma ruta en 2019 va a fracasar.

Lo que puede suceder es que se consolide un país más pobre, menos diversificado, con menor desarrollo industrial, con un mayor peso de la economía primaria. Más cercano a la estructura social de Chile y más dependiente regionalmente de Brasil, como ya sucede en la actualidad para la perspectiva de crecimiento industrial.

Esto es lo que ha estado sucediendo en forma discontinua a raíz de que el peronismo no pudo imponer una vía propia industrial de crecimiento por efecto de la contradictoria interrupción militar entre 1955 y 1972, la rápida finalización del gobierno en 1973 por la ruptura política del peronismo y la imposición mediante la dictadura de un modelo de perfil económico similar al actual en 1976. Modelo que continuó con variantes entre 1984 y 2001.

Modelo que no fue modificado definitivamente en la fase de alto crecimiento de 2003 a 2008, en sintonía con el nuevo ciclo internacional y que, por consiguiente, no encontró como adaptarse a la nueva economía mundial en formación a partir de esa fecha, ya que a partir de entonces, sobre la base de una economía industrial cerrada no había posibilidad de crecimiento.

Éste es el desafío que se presenta en la actualidad.

Pero ese desafío no puede encararse con la política económica de Cambiemos, como ha quedado demostrado por el retroceso de estos tres años y su continuación en 2019. Menos por una versión más liberal.

La prueba no es sólo que la economía mundial se modificó radicalmente con el ascenso de China en la primera mitad de los años transcurridos en el presente siglo, sino también con la crisis de 2008. Esta se debió al profundo curso financiero de la misma, de la que ningún analista habla, y que -con la dirección nacional proteccionista de Trump- obliga a discutir y desarrollar un modelo acorde con las nuevas posibilidades, que -en función de la revolución tecnológica- no son pocas.

El macrismo pretende instalar sin terminar de entenderlo un apéndice financiero de la economía mundial asentada en el agro y en la energía.

El agro se orienta en un sentido limitado porque la clase que lo sustenta está pendiente de la rentabilidad inmediata más que de las perspectivas futuras, y por eso no hay una agroindustria potenciada.

Cambiemos recurre a crear una economía primaria con apoyo en la energía que va a quedar subordinada a la internacionalización financiera. Pero ésta tiene grandes posibilidades de convertirse en una fuente enorme de recursos para sustentar una economía más integrada al mundo y con muchas más perspectivas de desarrollo industrial, que es lo que hay que discutir.

18 de enero de 2019.