Los números comentados en este documento corresponden a mayo, pero como la velocidad es lo que impera, muchos de los indicadores mencionados (CCL y el Riesgo País) pegaron nuevos saltos en lo que va de junio. No es una buena señal para la marcha de la inflación del mes.
La conclusión es que seguiremos conviviendo con la inflación, una habitualidad en décadas y no se vislumbran cambios en el horizonte. Por si fuera poco, a lo nuestro agregamos la contribución que hace Putin invadiendo un país soberano como Ucrania. El mundo se agita con niveles de inflación que para nosotros representarían el mejor de los mundos.
La inflación se eleva, pero algo menos que en meses anteriores. Los cinco meses iniciales del 2022 conservan buenos motivos para reproducirse. Parafraseando alguna célebre frase, “estamos condenados a la inflación”. Por todo esto es interesante recordar el mensaje del ex ministro de Economía Juan V. Sourrouille al lanzar el Plan Austral en 1985 y los dilemas planteados.
“Frente a la necesidad de actuar para abatir el fenómeno inflacionario tenemos dos opciones: la de una moderación gradual de la inflación y la de un ataque drástico y global a la misma. En las presentes circunstancias, una estrategia gradualista no garantiza el éxito. Debido a la inercia creada por esta persistente inflación y a los mecanismos de indexación generados para protegerse de los efectos de la misma inflación, esta tiende a perpetuarse y acelerarse. Hay que producir un cambio de expectativas de precios de la sociedad”.
El BCRA en el último informe de Política Monetaria publicado de marzo 2022 define: “Una condición necesaria para reducir los niveles de inercia inflacionaria es mantener un proceso de acumulación de reservas que disipe los riesgos de crisis de balanza de pagos y saltos abruptos del tipo de cambio, anclando de este modo las expectativas cambiarias”.
Pero falta la condición suficiente o posiblemente más condiciones necesarias, seguramente en el próximo número se aclararán, ya que por ahora el ancla de las expectativas cambiarias no está funcionando en el corto plazo.
Quien sí la tiene clara es Inodoro, en una de sus frecuentes discusiones con Eulogia, y delante del propio Mendieta, plantea su visión o plan de acción y retoma eso de las condiciones necesarias y suficientes:
En respuesta a Eulogia, dice Inodoro: “¡No quiere, además, que me ponga a despiojar cuises! ¡El Ser Argentino no está pa’ eso, Eulogia! ¡El Gaucho Arquetípico no está pa’ esos menesteres domésticos!”
Inodoro levanta la voz y continúa: “¡Antes de que Inodoro Pereyra se ponga a hacer esas cosas, Mendieta, hay que yamar a un Gran Debate Nacional! “¿Qué país queremos?” ¿De qué color deben ser los árboles? ¿Qué altura deben tener las montañas? ¿A qué velocidad deben correr los ríos?
Evidentemente, a Inodoro no lo asustan las condiciones por más complejas que sean.