La inflación continúa sin descanso en julio. El acumulado de los siete meses del 2021 está disputando con años anteriores como el 2018 y 2019.
Se podría decir que si la inflación se sostiene alrededor del 3.0 % mensual, y no aparecen sorpresas, a los salarios se les hace cuesta arriba, especialmente a los Asalariados Privados No Registrados.
La inflación es persistente y volátil. No parece sencillo resolverlo, a pesar de algunas mordazas impuestas.
En el mes de julio la inflación bajó un escalón respecto de los meses anteriores. Pero los acumulados (del año) y los interanuales son insostenibles. Los números, originados como promedios de organismos provinciales y el Indec, son los siguientes:
Podemos destacar:
El dólar oficial mayorista se mueve con lentitud; en julio se incrementó el 1 %.
El Riesgo País (RP) se sostiene tozudamente arriba de los 1.500 puntos y cerca de los 1.600.
El Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que si bien hoy está entre los más elevados desde el 2010, los valores mensuales del año 2021 van disminuyendo.
Podemos decir que el espíritu bimonetario continúa alicaído por las restricciones para la compra en el mercado oficial. No obstante un buen número de valientes van sorteando dificultades para obtener el billete.
En julio, el dólar CCL ($ 167) juega en la brecha (73 %) con respecto al dólar oficial ($ 96,2). El BCRA está funcionando con todo lo que tiene a mano para que no se disparen los valores.
El objetivo del ministro del 29 % de incremento en los precios a diciembre del 2021 se logró pero anticipadamente. En julio se lo alcanzó.
La tasa de Política Monetaria desde abril del 2020 se mantiene en el 38 %.
El Capítulo de Alimentos se está acercando y en algunos casos supera peligrosamente valores interanuales del 2019.
En un diálogo con su mujer Eulogia Tapia y su perro Mendieta, el famoso gaucho Inodoro Pereyra siempre con una mirada benevolente utiliza una parábola para no cargar las tintas en los ministros de economía:
Frente a la expresión de Eulogia que le pregunta: “¿Por qué le tiene tanta ojeriza al agua, Pereyra?”. Responde Inodoro: “Por el recuerdo de mi bisabuelo”. “El que vino del Viejo Continente, La Atlántida”. Y continúa explicando Inodoro: “El continente que se hundió. Mi bisabuelo se vino a tiempo. Empezaron a aparecer manchas en el rancho. ¡Y él se créiba que era humedá de cimientos! ¡Y era la mar que le estaba garroniando la casa!”. Interviene Mendieta con su síntesis habitual: “¡Que lo parió!”. Luego Inodoro cierra la enseñanza de la parábola: “Mi bisabuelo había estáu cavando un aljibe. ¡Y dijeron que por ahí dentró el agua que inundó tuito! ¡Por culpa de él se hundió un continente! Y remata salvando a los ministros: “¡Ningún ministro de economía logró algo ni parecido!”.