La inflación no da descanso ni tregua. El inicio del 2021 mostró los dientes en enero con un porcentaje mensual elevado. Para encontrar un valor superior tenemos que remontarnos a setiembre de 2019 o setiembre de 2018.

Cuando se hace un recorrido con valores anteriores se puede asociar con el índice de salarios que produce el Indec. En la Gestión del gobierno anterior (Macri), el único año que aseguró un salario real fue el 2017, apalancado por una fuerte apreciación del peso que luego explotó como siempre, o sea se descalabró la economía y dejó una severa secuela.

La inflación, a pesar de la volatilidad como escenario de fondo, requiere siempre que los precios conserven algunas similitudes. Esto no está ocurriendo con ciertos servicios. Pero los primeros adelantados corresponden a algunas provincias que tienen menos capacidad para soportar subsidios en plazos más prolongados. Esto se está empezando a observar en el capítulo de Vivienda y Servicios Básicos.

En enero el capítulo que dinamitó la inflación recayó en los Alimentos, a tal punto que enero del 2021 detenta el mayor nivel comparando los eneros de los años anteriores, lo cual no es poco.

Si bien en el documento sostenemos que en el largo plazo los precios no presentan grandes diferencias, no podemos dejar de analizar que algunos se distancian un poco más. Entre ellos encontramos los cigarrillos, seguramente con fuerte impacto de los impuestos que cargan, otro son los automóviles por el tipo de cambio, y también podemos agregar algunos cortes de carne, por ejemplo el asado.

En un menor plazo, digamos 12 meses,  se destacan por los incrementos productos tales como automóviles, carne (asado), pollo, combustibles, yerba y y otros del estilo.

Podemos referenciarnos con Fontanarrosa al que consultamos porque siempre se adelanta a los acontecimientos macro y microeconómicos, y define con claridad y soltura escenarios futuros: Dice en uno de sus dibujos con tres personajes: “Vieja, acá con Rafael hemos decidido hacer un asado de despedida”. La esposa responde, ¿Despedida de quién?, y recibe la siguiente contestación: “Del asado”. El diálogo data de 1983 en su primera edición.

Respecto del Riesgo País (RP), después de la finalzación del arreglo de la deuda con acreedores externos y nacionales, observamos que de agosto del 2020 a setiembre del 2020 cayó de 2200 puntos básicos a 1500 pb. Frente a eso, y contradiciendo los consejos de no conjeturar demasiado, dijimos que debiera bajar a los 1.000 pb. La conclusión es que le erramos feo, desde setiembre el RP prácticamante no logró vulnerar los 1.400 pb. El error fue del 40 %, es como si dijéramos yendo a Buenos Aires desde Rosario, llegamos… y estamos en San Pedro. Pero viendo algunas cuestiones que no tienen que ver con la inflación, estos días pensamos que otros también se equivocan.

Pero hay una relativamente buena información, el Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que lo define el BCRA a partir del “conjunto principal de socios comerciales de Argentina. Fueron incluidos los países cuya participación en el flujo de comercio total (exportaciones + importaciones; excluidos productos primarios, combustibles y energía”. Si bien excluye el principal componente de las exportaciones argentinas, es igualmente representativo. Y se puede afirmar que el valor actual es conveniente, el valor del Índice de enero es de 124 y se ubica entre los más elevados desde el 2010. No es poco.

Como agregamos unos gráficos para seguir la marcha de los objetivos del Ministerio de Economía o del Presupuesto 2021, encontramos una nota poco esperable, el Superávit Primario, por primera vez después de muchos meses, resultó POSITIVO, contó para ello con el fuerte repunte de los ingresos tributarios al comercio exterior que aumentaron en enero respecto del mes anterior diciembre en nada menos que el 100 %.

Pero volvamos a la inflación, consultamos la monumental obra “Historia del análisis económico”, de Joseph A. Schumpeter, pero primero una digresión: No logramos entender cómo pudo este hombre escribir semejante obra de 1.400 páginas, consultando libros o a los propios economistas autores de muchas de las principales teorías, y en varios idiomas. En el texto dice lo siguiente: “En la época en que empezó la inflación, la mayor parte de los tributos debidos por los campesinos del continente a sus señores se habían convertido ya en forma dineraria. Con la rápida caída de la capacidad adquisitiva de la moneda, los señores intentaron en muchos países subir el valor monetario de los tributos. Los campesinos se resistieron. La consecuencia fueron revoluciones agrarias y el temple revolucionario así producido fue un factor importante de las subversiones políticas y religiosas de la época”. Pero también aclara Schumpeter: “Las rebeliones de los campesinos y de los grupos que se habían sumado a estos fueron aplastadas con despiadada energía”. Todo eso observó la inflación desde hace varias centurias. Algunos superaron las dificultades, por lo visto nosotros no.

 

Informe económico enero febrero 2021