En algunos pasajes, esta nota se nutre de conceptos de Martín Abeles, Esteban Pérez Caldentey y Sebastián Valdecantos (editores), Estudios sobre financierización en América Latina, Libros de la CEPAL, N° 152 (LC/PUB.2018/3-P), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2018.

Hay que formular dos aclaraciones.

1.- La economía incluye a las finanzas, pero un problema económico no es lo mismo que un problema financiero. Los problemas económicos se vinculan con la producción y el consumo de valores agregados bajo la forma de bienes y servicios; los problemas financieros refieren a la moneda, la liquidez o capacidad de pago. Si la acumulación es real (por ejemplo, se compra un camión nuevo) se dice que es una acumulación productiva; si la acumulación es financiera (por ejemplo, se compran acciones o se hace un plazo fijo) se dice que la acumulación es especulativa; el consumo, por ejemplo, es un problema macroeconómico; el déficit fiscal es un problema macrofinanciero;

2.- Los sistemas económicos no son estables, son cíclicos es decir, no son lineales en su desarrollo. Siempre transitan hacia estados diferentes con equilibrios parciales y temporarios. Las causas de los ciclos pueden ser naturales o artificiales y responden a distintas fases que son: depresión, recuperación, expansión y recesión. Los ciclos económicos se estudian por la productividad y la acumulación y los ciclos financieros por la solvencia y la concentración.

La pregunta sobre si la política incide en los ciclos siempre tiene respuesta positiva porque los Estados nacionales son macroorganizadores de los mercados y actores de su dinámica a través de las políticas económicas.

FINANZAS Y MONEDA

El concepto “finanzas” implica pago, cancelación, finalizar algo. Es una palabra de los albores del capitalismo en el siglo XIII referida a la moneda para dar por terminado un trato comercial o social. Es posterior al proceso económico de creación y consumo de valor, es una palabra y una especie de clausura final. En la modernidad se vincula con los medios de pago y su poder cancelatorio a través del dinero y mediante la moneda fiduciaria (dinero fiat).

QUE CONTIENE UN MAPA CONCEPTUAL DE FINANZAS

La nube terminológica relaciona el concepto con desregulación, globalización, competencia, gobernanza, capitalismo, crisis, derivados, imperialismo internacional, apalancamiento, desindustrialización periférica, riesgo, dominio, elites financieras, mercado de futuro, titularización, y muchas otras sobre economía financiera que ayudan a elaborar un mapa conceptual extendido.

Vivimos en un sistema capitalista cuya génesis histórica refiere a los proceso de acumulación del capital -como factor de producción- que es trabajo aplicado sobre la naturaleza y no consumido, acumulado, de allí la importancia de la plusvalía como proceso de apropiación.

La acumulación por desposesión fue originaria y violenta y hoy reaparece con las privatizaciones pacíficas y por ley. Pero no dejan de ser desposesiones de lo público y su apropiación por el medio privado. Las trayectorias de acumulación conducen del capitalismo mercantil (medioeval) al industrial (moderno) y del industrial al financiero (posmoderno). Cada ciclo tuvo su fuente pivot, aunque no exclusiva, de acumulación por plusvalía: i) el comercio y la logística en el capitalismo mercantil; ii) la explotación obrera y la ampliación de mercados en el capitalismo industrial y iii)  los Estados nacionales deudores y la concentración económica en el capitalismo financiero.

PODEROSO DON DINERO

La importancia del dinero fue reflejada -entre muchos otros- por el irónico Francisco de Quevedo (1580-1645), quién no pudo prever el abandono del oro como reserva de valor universal (el viejo patrón oro añorado por los neoliberales fue abandonado por Nixon, presidente USA en 1973)

Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Vemos que la propia literatura relaciona el dinero con el poder. Lo financiero comienza a ser el factor esencial para la organización social (hace todo cuanto quiero) y el esquema de poder social del dinero -y de quienes lo detentan- (poderoso caballero es don Dinero) La sabiduría popular lo recoge en el trillado enunciado “billetera mata galán”.

¿Porqué, en la trayectoria del capitalismo, el actual ciclo se denomina “financierización”?

Simplificando, podemos intentar definir por el lado de la prevalencia de la administración del dinero por sobre la creación de valor económico tangible, la supremacía de la lógica financiera de las rentas del dinero líquido sobre la economía real de la productividad de los bienes y servicios. Es un notable triunfo intelectual y operativo de la escuela austríaca de economía para quienes la definición de dinero es muy simple: “dinero es todos los bienes”. Es decir, el valor del dinero no es “per se” sino a que lo aplica su tenedor. Es esa posibilidad de ser aplicado según un criterio subjetivo lo que hace que el poder real se radique en el dinero.

EL CONCEPTO DE FINANCIERIZACIÓN

Pero el concepto de financierización carece de una definición única y se distinguen varios enfoques:

  1. una forma de gobernanza empresaria enfocada en la valorización de las acciones de las empresas. Predomina la tendencia al cortoplacismo en la toma de decisiones de inversión y de formación de precios. En mercados oligopólicos es una causal de aumentos sistemáticos del nivel de precios;
  2. el creciente poder político y económico de la clase rentista y el capital financiero. Por ejemplo, a partir de 2014, la mayoría de los miembros del Congreso de EE.UU. son millonarios;
  • un cambio en la lógica de valorización del capital y el patrón de acumulación en el que las ganancias se obtienen principalmente a través de canales financieros. Estudios realizados en Argentina verifican que en el primer decenio de los 2000, los beneficios financieros de las empresas superaron a los beneficios operativos .y
  1. el auge de la comercialización financiera (suele denominarse trading), que se refleja en el surgimiento de una infinidad de nuevos productos financieros, incluidos los derivados de las cotizaciones de las materias primas. Esas titulaciones son el aspecto especulativo más relevante del proceso de monetización actual.

LA FINANCIERIZACION TRANSFORMA EL MODO DE VIDA

Lo cierto es que no vivimos un mundo económico, sino financiero que ha transformado los modos de vida social, incluso la educación. El eje de la acción humana (parafraseando a Mises, el ideólogo del neoliberalismo en su libro La acción humana, 1949) no es la decisión sobre la producción de valor social, ni sobre el trabajo, ni sobre la inversión física, sino sobre la especulación financiera de los medios de pago. El hombre económico (necesidades vs recursos y racionalidad práctica) muta hacia el hombre financiero (dinero vs acumulación y racionalidad tecnológica). Celebramos con más énfasis cuando un político nos endeuda (o nos refinancia) que cuando se construye un gasoducto. Es aquí donde debemos, pienso, ubicar la AFI como ideología y elemento de comprensión del funcionamiento del sistema.

FINANZAS Y TECNOLOGIA

Y sucede que lo financiero -que siempre fue dependiente de lo económico- se autonomizó y aparece ahora como constitutivo de la sociedad humana. Y ello es así porque el poder de las finanzas se ha apropiado de las técnicas informáticas y la virtualidad y ha subordinado a la política, resignada -en el mejor de los casos- a administrar los Estados nacionales deudores entre los parámetros del dinero y los límites de las finanzas.

QUE SON BAJO ESTE CONCEPTO LOS BANCOS CENTRALES

La moneda es constitutiva del flujo y la acumulación de poder de los sistemas socioeconómicos (el Don Dinero de Quevedo) y los Bancos centrales son instituciones determinantes de la existencia soberana del Estado. En un sistema fisiológico, la moneda es la sangre y el Banco Central es el corazón. La moneda instrumental y los bancos operacionales permiten una dinámica financiera que termina diseñando los sistemas sociales.

Las arquitecturas financieras reflejan un orden de poder, así como los planos en la arquitectura física ordenan los espacios, los limitan, distinguen el afuera del adentro, nos orientan en el espacio. En finanzas, la arquitectura financiera nos organiza la vida. Cuando se nos bancariza se nos está incluyendo en un laberinto dirigido. La pregunta es en base a qué se nos organiza? La respuesta es clave: se nos organiza en base a la obtención de renta financiera y su acumulación. Por eso la bancarización es un imperativo del ciclo financiero del capitalismo hoy. Una forma sutil de esclavización y dependencia mediante la bancarización digital. Sin embargo hay que reconocer que la bancarización otorga transparencia y rapidez en la asistencia del Estado de manera directa.

La AFI es la superestructura político-institucional (pensemos en el FMI) que permite el proceso de acumulación (la “estructura”). El capitalismo es inviable como sistema si no acumula. Y lo hace de manera concentrada.

LAS FINANZAS SE INDEPENDIZAN DE LA ECONOMÍA.

Lo cierto es que existe –a partir de los 1990- una divergencia entre las actividades financieras y la economía real y, en ese marco, el surgimiento de sistemas financieros complejos, interconectados y frágiles. Un cambio radical en la forma de operar de las entidades financieras, que al pasar de “originar para retener” a “originar para distribuir” dieron lugar a un extendido proceso de titulización y al surgimiento de instrumentos financieros derivados. Repetimos de notas anteriores: en 1980 el acervo de activos financieros apenas superaba el nivel del PIB mundial (era un 29% mayor), en 1990 casi lo triplicaba (un 291%, incluidos los derivados) y desde 2007 lo decuplica con creces. Esta formidable expansión de las finanzas se refleja en la tasa de crecimiento del sector financiero, que ha sido muy superior a la del resto de la economía. En el periodo 1980-2007, el sector financiero creció́ a una tasa anual promedio del 9,5% en los países en desarrollo, mientras que el resto de los sectores de la economía lo hizo a un ritmo del 3,6%.

Y sucede que para el neoliberalismo existe una relación deseable entre el desarrollo del sector financiero y el desarrollo económico general por la desregulación de los sistemas financieros nacionales y la progresiva liberalización de los flujos internacionales de capital. Una suerte de regreso de las economías de mercado con la remoción de obstáculos regulatorios e instituciones públicas (resabios del keynesianismo de posguerra). A esto hay que añadir los cambios en la remuneración de los empleados del sector financiero con primas asociadas a la rentabilidad de las carteras que administraban (una casta de financistas?) y el papel de la teoría financiera neoclásica (hipótesis de mercados eficientes, modelo de valoración de activos financieros y modelo de opciones especulativas) que -además de determinar la educación financiera- justificaron el proceso de desregulación financiera y los motivos y las acciones del sector financiero. De ese proceso surgió en Argentina la Ley de Entidades Financieras de la dictadura Cívico militar aún vigente y que cimentó la denominada Patria Financiera.

LA FINANCIERIZACION ES NATURAL AL CAPITALISMO?  O INEXORABLE A ESTA ALTURA DE LA ETAPA CAPITALISTA?

Algunos estudiosos caracterizan el ascenso de las finanzas en las últimas décadas como inherente al desarrollo capitalista, un suceso lógico o previsible en el marco del proceso de acumulación de capital y consideran la expansión financiera como una tendencia esperable del capital a expandirse hacia aquellas actividades que le permiten continuar con su valorización en una fase de declive en la tasa de ganancia, como la experimentada desde comienzos de la década de 1970.

Y cuando la tasa de ganancias de la economía disminuye, emerge la llamada “acumulación por desposesión”. La predisposición a privatizar los servicios públicos y los sistemas de pensión o a la mercantilización de determinados derechos (otrora garantizados por el Estado) —como la salud y la educación— representan distintas variantes contemporáneas y producen un efecto redistributivo de acumulación y concentración. Las finanzas -mediante la titulización de activos- no solo allanó los procesos de privatización, sino que agilizó la movilidad internacional del capital. Financierización y desposesión de lo público constituyen la cara y la contracara de una fase histórica particular del desarrollo capitalista en la que el proceso de acumulación se apoya cada vez más en la redistribución de activos. In extremis véase que Milei habla de privatizar las calles públicas.

En los primeros años de la década de los noventa -con el gobierno popular de Menem- la Argentina privatizó todos sus grandes servicios públicos domiciliarios: telefonía, gas, electricidad y agua potable. Asimismo, en el sector de transporte e infraestructura para el transporte, se privatizó la empresa de aeronavegación de bandera nacional, se desmanteló y se vendieron todos los buques de la empresa naviera de cargas, se concesionaron los ferrocarriles de carga y de pasajeros, al igual que las vías navegables troncales, los puertos, buena parte de la red vial de pasajeros, los aeropuertos, el correo postal, etc.

Pero el extenso programa privatizador fue más allá. Se transfirió al sector privado actividades de la industria manufacturera, como el caso de la producción siderúrgica y parte de la petroquímica y de las refinerías de petróleo; y privatizando también la explotación de los recursos naturales no renovables, como en el caso de los hidrocarburos (petróleo y gas natural).

¿Cuáles son las expectativas de la política publicas populares frente al contenido de este ciclo? Hay una idea general de adaptabilidad sistémica que se refleja en la bancarización de los ciudadanos, la administración especulativa de las empresas, el endeudamiento sistemático de los Estados (incluso los locales), la accesibilidad al crédito de las familias y -fundamentalmente- en la denominada educación financiera.

Como en las viejas series (continuará).