LA MONEDA…

En los tramos iniciales del capitalismo la moneda es metálica, tiene un valor propio, el oro. Pero a medida que una parte creciente del dinero se transforma en capital solo reservado a una minoría, una parte mayoritaria de la población dispone de una cantidad menor de moneda. ¿Cómo? Porque cada vez esa minoría dispone en su lugar de mayor cantidad de títulos que rinden interés y que se basan en la moneda.

Así como el papel moneda está solventado por reservas, éstas son cada vez menores y la moneda pierde valor,  en su lugar aparece una mayor cantidad de títulos que son un derivado de la misma. Y a medida que se desarrolla el sistema, hay cada vez más derivados, y derivados de derivados, todo lo cual es el capital financiero, y su característica es la valorización por el mercado.

Y EL MERCADO…

Es decir, cada vez menos, el valor pareciera no provenir de la producción que da empleo, sino de la valoración que ofrece el mercado a través de la ganancia por especulación, y su muestra son las continuas subas y bajas de las bolsas.

Esto es cada vez más intenso. Por ejemplo, nunca el Dow Jones había enfrentado un quebranto de 1.000 puntos en un día, pero esto sucedió en julio pasado. Este peculiar valor se recupera porque la ganancia por especulación se concentra en grupos cada vez más poderosos, a costa de inversores menores, mediante una pérdida de parte de su patrimonio, y se manifiesta de manera general, porque cada vez hay más títulos que moneda. Por eso, a través del combate a la inflación, el monetarismo combate la emisión y el déficit fiscal como expresión del gasto o el uso de moneda en bienestar general.

En cambio, con el título con interés (la deuda) o la participación accionaria sujeta a la valoración del mercado, el sector privado aumenta su disponibilidad de capital, pero la contrapartida es una sociedad cada vez más pobre, por menos empleo o menos salario. Y esto también se consigue con la devaluación y la deuda en dólares. 

EN LA ARGENTINA…

Así, un PBI per cápita para la Argentina de 10.729 dólares, supone un PBI nacional conjunto para los 45,8 M de habitantes como el que calcula nada menos que el Banco Mundial, de 491.490 millones de dólares.

En cambio, con un tipo de cambio como el paralelo, antes de los últimos saltos, el PBI es la mitad y, por lo tanto, el PBI per cápita, de unos 5.300 dólares, que supone una baja de ingresos a la mitad. Esto es lo que busca el círculo rojo empresario y la oligarquía agropecuaria, para lo cual es esencial que haya una industria limitada y que la existente esté frenada por importaciones cada vez más caras (así sube el dólar).

El salario en dólares, a pesar de ser muy difícil llegar a un promedio, cayó un 70% en cuatro años (desde fin de 2017, ya que 2018 fue el año de las últimas grandes devaluaciones y del crédito del FMI, hasta fines de 2021).

De la misma manera, las exportaciones de 2021 fueron de 77.900 M dóls (las más altas en nueve años), y si el superávit comercial de poco más de 14.700 M dóls se repitiera durante 3 años, algo perfectamente posible, ya que las perspectivas son de fuertes aumentos en las exportaciones, se obtiene un importe equivalente al crédito del FMI.

EL GOBIERNO DE MACRI…

Cambiemos desequilibró aún más la poca disponibilidad de divisas con el aumento de la deuda,  la cancelación de deuda de las empresas privadas y el pago de intereses, que sumaron, en conjunto, unos 15.000 M dóls por año, y evitó que el saldo favorable aumentara las reservas en divisas del BCRA, según denunció el ex ministro Guzmán en enero. A eso hay que agregar la fuga de capitales, contenidas en los últimos meses por los controles, que es un problema general de los países emergentes, salvo de China, que las tuvo por muy poco tiempo, ya que los capitales volvieron a ingresar. Hay, sin embargo una crisis de deuda en China, en el sector inmobiliario capitalista privado, con la inmobiliaria Evergrande, con pasivos totales de 300.000 dólares, destinados a las personas con mayores ingresos que rechazan las viviendas oficiales en las grandes ciudades y prefieren, en cambio, vivir lejos de centros que se han vuelto una locura de tráfico y ruido.

EL VERDADERO CAPITALISMO…

El capitalismo, sobre todo el capitalismo industrial, que es el verdadero capitalismo, concentra la fuerza de trabajo humano en las fábricas y allí, ésta crea valor nuevo con la producción, con una parte del cual traspasa su valor al nuevo (el capital antes contenido en materias primas e insumos o en una parte del capital fijo situado en las máquinas), con otra parte paga los salarios, y con el resto genera una ganancia o plusvalía, como la llamó Marx.

Esta parte acrecienta el capital y cuando vende la mercancía recupera el capital empleado de manera ampliada y obtiene un capital monetario que queda libre por un tiempo, porque como no necesita volver a ampliar enseguida el capital en la producción, queda transitoriamente sin empleo. Este capital monetario libre, no puede generar nuevas ganancias en la producción, entonces el capitalista lo puede prestar, colocándolo en un banco o institución financiera que lo presta a otro capitalista a cambio de un tipo de interés, que el banquero retiene en parte para sí y con la otra parte remunera al capitalista que, a su vez, se lo prestó, o también al simple ahorrista que alcanzó a retener una parte de su ingreso y lo colocó a préstamo en un banco sin ser un empresario industrial o comerciante.

AL PRINCIPIO EL CAPITAL COMERCIAL…

En cambio, cuando predominaba exclusivamente el capital comercial, éste no podía generar ganancia produciendo un nuevo valor, sino que construía el capital vendiendo a un precio mayor los productos que compraba. Así se generó un enorme capital en crecimiento durante siglos, en la transición del feudalismo al capitalismo, pero no un nuevo sistema económico.

Los sistemas económicos fueron solo tres hasta el presente. De la sociedad primitiva se pasó a la esclavitud y de ésta al feudalismo, y con la crisis del feudalismo se amplió el capital comercial presente en todas partes desde que existía el mercado y el intercambio; con su evolución se había usado la moneda en crear una enorme masa de capital dinerario, que es la parte de la moneda en circulación que se transformó en capital.

Pero sólo el capital industrial dio lugar a un nuevo sistema, porque éste se podía reproducir por sí mismo, aumentando en forma continua la producción, y también lo podía hacer a costa de los sistemas anteriores. El capital comercial no puede aumentar la producción: lo hace solo de manera indirecta, incorporando al mercado productos que no circulaban en el mismo y convirtiéndolos en mercancías pero no creándolas, o induciendo su paso de un mercado más reducido a otro más amplio.

VOLVIENDO AL CAPITAL INDUSTRIAL…

Con el préstamo generalizado, el capital industrial a su vez fue creando un capital financiero que estuvo a su servicio durante mucho tiempo. El interés que remunera al capital financiero tiene su origen en el préstamo, y proviene de la misma fuente que el capital productivo: es una parte de la ganancia que el empresario industrial cede al empresario banquero para aprovechar el capital dinero que se inmoviliza durante la rotación del capital.

A su vez, la rotación del capital es a través de inevitables ciclos de alzas y bajas que, aunque son permanentes y propios de cada empresa, hay momentos en que se dan condiciones generales para una mayor inversión y en esos momentos de alza del ciclo, crecen la producción y el empleo, y en los períodos de baja del ciclo aparecen las crisis. Las de corto plazo son generalmente superadas en poco tiempo y no requieren modificaciones en el sistema, pero las de largo plazo se prolongan por más tiempo porque se hacen necesarias modificaciones en el sistema. En las crisis de largo plazo, la baja de la producción da lugar a una deuda mayor que, por eso, se hace más difícil de pagar.

LA APARICION DE LA CRISIS DE LA DEUDA…

Esta dificultad va en aumento a medida que crece el sistema, durante las crisis de largo plazo, de su madurez. La crisis se acentúa porque no se puede reponer siempre el mismo capital porque la población aumenta y hay que producir más y con mayor productividad, para lo que hay que incorporar proporcionalmente menos obreros empleados y máquinas más complejas. Pero como las ganancias provienen del empleo de la fuerza de trabajo, porque es a la única que se le puede pagar menos, al contrario de lo que sucede con las máquinas o con las materias primas, las crisis provenientes de bajas en la tasa de ganancia y en la renovación de capital con mejores máquinas y menos trabajo, a la larga, no hacen más que acentuar el problema.