La dirigencia del sector pyme de todo el país, clave dentro de la estructura productiva en tanto que implica el 75 por ciento del empleo, unida después de muchos intentos fallidos, advirtió sobre la situación económica que atraviesan las pequeñas y medianas industrias.
Según los datos que presentaron, desde la asunción de Mauricio Macri cerraron 9.000 pymes y la profundización de la crisis hizo que en estos meses cierren sus puertas cerca de 25 emprendimientos por día a nivel nacional.
Si no se cambia el rumbo, el año que viene estarán en peligro otras 5.000 pymes, con el consiguiente impacto laboral y productivo. Los pequeños empresarios realizaron una protesta frente al Congreso y luego un acto en el edificio del anexo de la Cámara de Diputados, con la presencia de legisladores del Frente para la Victoria (FpV), del Frente Renovador y del Bloque Justicialista. Presentaron una serie de propuestas para aliviar la situación de las pymes, que explican el 75 por ciento del empleo.
Si el programa macroeconómico de Cambiemos implicaba desde el momento cero el empeoramiento de las condiciones que rigieron en la última parte del mandato del gobierno anterior, la crisis y el recrudecimiento del ajuste es una tormenta perfecta para las pymes, especialmente para las firmas del rubro industrial.
En ese combo de terror está en primer lugar el fuerte achicamiento del mercado interno por caída de las ventas a causa del deterioro del poder adquisitivo de trabajadores y jubilados. La reducción del mercado interno es intensificada por el mayor ingreso de importaciones. La baja de las ventas de las empresas nacionales implica una merma de la masa total de rentabilidad. Pero además, la rentabilidad unitaria del producto también cayó fuertemente, porque se produjo una notable suba de costos por la devaluación y su impacto en insumos, los tarifazos y el costo financiero derivado de las exorbitantes tasas de interés.
“Si la tendencia actual continúa, el año que viene van a cerrar 5.000 pymes, con lo cual 35.000 trabajadores van a quedar en la calle. El actual proceso de desindustrialización requiere medidas de emergencia con urgencia”, señaló Leonardo Bilansky, presidente de la entidad Empresarios Nacionales para el Desarrollo.
Según la encuesta de indicadores laborales del sector privado registrado del Ministerio de Trabajo, en octubre se registró una caída interanual de 2,5 por ciento en el empleo en las empresas de entre 10 a 49 empleados. Sólo en la comparación mensual, la merma es del 0,4 por ciento. En ambos casos, se trata de caídas que superan a las bajas de empleo registradas para los segmentos de 50 a 199 empleados y de más de 200 empleados.
“Sabemos bien que el Gobierno posiblemente no va a tomar nuestros reclamos. Durante la gestión de Cambiemos se destruyeron 107.000 puestos industriales y cerraron cerca de 9.000 pymes. Pero los diputados de la oposición pueden negarse a la firma del tratado de libre comercio con la Unión Europea o bien dar impulso a la ley de Producción y Consumo para tener mayor capacidad de intervención pública en las etapas de insumos básicos y en los costos de la cadena de comercialización”, dijo Ariel Aguilar, vicepresidente de la Confederación General del Empresaria Argentina (Cgera).
La convocatoria tuvo un primer momento frente al Congreso, en la calle, y siguió en un salón de actos del edificio del anexo de la Cámara de Diputados, que estaba repleto y al que se sumaron varios legisladores. Asistieron Axel Kicillof, Agustín Rossi, Daniel Scioli, Daniel Filmus, Walter Correa, Francisco Furlán, Leopoldo Moreau y Fernanda Vallejos por el Frente para la Victoria; Ignacio De Mendiguren, Marco Lavagna y Alejandro Grandinetti por el Frente Renovador, Daniel Arroyo (Red por Argentina), Oscar Macías (Bloque Justicialista) y Luis Contigiani, del Frente Progresista. Los diputados que tomaron la palabra en el acto admitieron que el actual diseño macroeconómico en manos del Poder Ejecutivo es muy adverso a las pymes industriales pero que se pueden plantear respuestas parciales desde el plano legislativo.
Yeal Kim, el presidente de origen coreano de la Fundación Protejer, que agrupa al sector textil, exteriorizó que “no deberíamos estar acá sino en las fábricas”
Y remató con el interrogante de todos: ¿Alguien puede sostener que Argentina va a combatir la pobreza y la desocupación destruyendo a la industria nacional?.