El reciente lanzamiento del programa Vivienda Activa impulsado por el Gobierno Nacional, es muy positivo y esperanzador para nuestro país.
El esfuerzo por aplicar políticas habitacionales concretas, con un financiamiento fiduciario alumbra soluciones a una deuda y postergaciones de muchos años que generaron un déficit habitacional muy grave. Esto, sumado al crecimiento poblacional sin respuestas para una situación económica inflacionaria, excluyó a grandes sectores de la población, incluso a las personas mayores (más del 16% de la población).
Las personas mayores de 60 años tenemos características heterogéneas respecto al hábitat. Hay un factor común para un porcentaje importante de nosotros, que es una larga etapa de actividad creativa, afinidades en lo conceptual de la vida, necesidad de compartir y vivir en comunidad, que hoy demanda una mirada y soluciones diferentes para un país que necesita superar viejas formas y fórmulas de contener a su vejez activa y saludablemente.
Es importante incorporar una parte más al sub-programa de Vivienda Activa. No ha sido incluida la organización de la demanda en forma comunitaria previa a las otras actividades: elección del lugar, talleres de diseño participativo, reglamentos de convivencia y administración, entre otros, para complementar las soluciones propuestas en lo que hace a la gestión de todo el proyecto, su construcción y sustentabilidad.
Es necesario considerar que el proceso de producción social del hábitat se configura como una alternativa de las personas mayores para solucionar el acceso a la vivienda a quienes deseen vivir en una comunidad conformada previa y participativamente a la propuesta habitacional.
Las alternativas y propuestas desarrolladas en distintos países con financiamiento estatal, evidenciaron respuestas habitacionales que podían ser optimizadas y racionalizadas a través de la organización previa, en cooperación solidaria y con la aplicación del conocimiento científico técnico. (Dinamarca destina el 2% de su presupuesto a la construcción de viviendas para personas mayores)
El eje vertebrador que proponemos es la transferencia directa de recursos estatales a organizaciones sociales (agrupadas bajo la forma de cooperativa, mutual u organización civil) para dar solución de manera participativa y colaborativa a la problemática habitacional de las personas mayores en comodatos. De esta manera, se facilitaría el acceso a la vivienda en comodato, a partir de la gestión y administración de los recursos públicos financieros y de las decisiones constructivas de las mismas, con las organizaciones sociales de pequeños grupos de personas mayores.
El programa que proponemos requiere de 4 variables básicas para la materialización colectiva del hábitat, con la condición de la organización previa:
1° La gestión de suelo urbanizado, de propiedad colectiva, administrada por la organización de base, para la construcción de pequeños complejos de viviendas (individuales o agrupadas) sin medianería y con equipamiento comunitario
2° La ejecución de las obras de vivienda con asesoramiento profesional interdisciplinario, entre las áreas de Arquitectura, Social, Legal y Contable.
3° La administración del mantenimiento y funcionamiento comunitario colaborativo y cooperativo.
4° La continuidad de personas mayores para mantener el objetivo del programa, establecidos en el estatuto y en el reglamento, ya que esta propuesta no incluye el dominio de la propiedad, desde ningún punto de vista ni en ninguna situación familiar.
Más allá de los límites y limitantes, la ejecución de este programa demuestra ser una herramienta eficaz para la resolución del tema habitacional de las personas mayores. En muchos países del mundo y desde hace más de 50 años se expresa la capacidad operativa en la producción del propio hábitat. Estas experiencias dejan a la vista el potencial cuantitativo y cualitativo de la producción social y alimentan el espíritu de complementar el subprograma.

ANEXO
Investigaciones científicas realizadas sobre la producción de su propio hábitat lograron:
• Reconocimiento explícito hacia las organizaciones sociales en tanto sujetos jurídicos ejecutores de políticas públicas (en término de participantes del diseño, implementación y ejecución del Programa y como controladores de la construcción de sus obras).
• Creación de un banco de inmuebles con experiencias de producción autogestionaria de excelente localización permitiendo el acceso a la centralidad urbana
• Eficiencia del gasto público a partir de una optimización de los recursos estatales administrados por organizaciones sociales mediante la ejecución de un proceso productivo sin ganancia especulativa. Análisis comparativos de costos entre viviendas sociales construidas al mismo tiempo por procesos de producción llave en mano y autogestionarios demostraron que estos últimos lograron una reducción del 40% de los costos de obra en las viviendas construidas de manera autogestionaria. El control de las organizaciones sociales sobre el proceso productivo fue un factor de peso en esta optimización operativa de la política, pero también lo fue la realización de prácticas cooperativas y de ayuda mutua por los futuros destinatarios de las viviendas.
• Generador de fuente de trabajo digno y bien remunerado en la medida que todo el recurso económico destinado a mano de obra no contempla la generación de plus-valor, sino sólo salarios registrados y ajustados a la Ley.
• Estímulo y promoción a la actuación de otros actores económicos (como pymes, pequeñas empresas constructoras, empresas familiares, cooperativas de trabajo, etc.) para la producción de insumos, materiales y herramientas de construcción y ejecución de obras.
• Excelente calidad constructiva de las viviendas, con diseños morfológicos/arquitectónicos adaptados a las necesidades, gustos y características cuantitativas y cualitativas de las personas mayores destinatarias de las viviendas en comodato. Las viviendas construidas por producción autogestionaria resultaron ser viviendas estéticamente bellas, de calidad, dignificantes y promotoras de integración socio-urbana. Esto redunda en dos impactos claves: por un lado, en altos niveles de apropiación por parte de las personas mayores destinatarias de las viviendas construidas y su cuidado y mantenimiento (algo innovador en materia de vivienda social en nuestro país), y por otro, da nacimiento al reclamo por el Derecho a la Belleza para los destinatarios de viviendas sociales. De ahora en más la vivienda social financiada por el Estado debe ser bella.
• Generar procesos de apropiación que potencien las condiciones de un desarrollo integral (social y urbano) del hábitat, a la vez consolida condiciones para el posterior cuidado y mantenimiento de los complejos de vivienda.
• Optimizar los recursos económicos, técnicos, logísticos, de suelo y edilicios disponibles en el Estado; y como consecuencia, habilitar condiciones materiales para la creación de fuentes de trabajo dignas, solidarias y bien remuneradas.
• Generar un instrumento de gestión urbana que permita abordar y contribuir a la solución de la problemática habitacional existente desde la recuperación y optimización de las capacidades productivas de las organizaciones sociales en mancomunión con el Estado (por ejemplo terrenos baldíos y /o bolsones urbanos)
• Se entiende por Política de Producción Social Autogestionaria a aquellos procesos productivos de hábitat que son desarrollados, dirigidos y controlados por los propios productores y destinatarios organizados de manera colectiva, y que en todas sus etapas, combinan esfuerzos, evaluaciones y resultados con el Estado.
• La Producción Social del Hábitat está direccionada hacia la materialización del Derecho a la Ciudad desde un enfoque de integralidad; es decir, a partir de una propuesta que involucre Subprogramas habitacionales.(derecho a la Ciudad, a la belleza, a la vida digna son conceptos avalados por Naciones Unidas)
• Las políticas de Producción Social del Hábitat no persiguen la generación de lucro mediante la construcción de viviendas, sino la solución habitacional a través de la vivienda única en comodato. De modo tal, que sólo están destinadas a instituciones intermedias que procuren este bien social: cooperativas, mutuales, sindicatos y asociaciones civiles sin fines de lucro.
• Las políticas de Producción Social del Hábitat para personas mayores, son la contribución de la comunidad organizada a la solución de la demanda habitacional; complementando así el actual modelo privado de desarrollo habitacional, contemplado por el Estado en sus marcos regulatorios y transferidos sus recursos a través de licitaciones públicas. (PROCREAR; FONAVI, etc)

Referencias bibliográficas
DNU casa activa casa propia
Ordenanza 341 CABA
Proyecto de vivienda autogestionaria presentado en Cámara de Diputados de la Nación
Estatutos y acta de iniciadores de la Mutual Kume Felen, reguladas por INAES.

 

Consejo Directivo de la Mutual Kume Felen de Mendoza.