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jueves, julio 3, 2025

El dilema de la unidad

Ya en la tremenda década del 70 – cuyas secuelas aún nos siguen afectando –Perón, que no padecía precisamente de miopía histórica, advirtió: “el siglo XX nos encontrará unidos o dominados”, sabiendo con claridad anticipada que solo un movimiento nacional mayoritario, era capaz de enfrentar con alguna chance el fenómeno imperial y sobrevivir a la hegemonía colonialista.

 

Ahí quedó entonces, abstracta, como tarea de la militancia popular, el objetivo de alumbrar y sostener en el tiempo una concepción unificada de estrategia política, para alcanzar la supremacía social de las mayorías  en la lucha por el poder.-

Pero se supo al poco andar, que esa Unidad pretendida, fue, es y será  siempre un gran envase donde entran muchos otros valores de la actividad humana en la lucha por las ideas: la solidaridad, el desprendimiento, la tolerancia, la generosidad, la autocrítica y el sentido del bien común.- Y sobre todo la capacidad de diferenciar cuales son las contradicciones de la lucha política por las que es necesario optar.-

De tal manera que, desde 1974 – ya sin liderazgos claros– la militancia política quedó encargada de poner en marcha una estrategia permanente de acumulación de voluntades mayoritarias para impulsar las transformaciones sociales y torcer el brazo de los sectores dominantes.-  Los fracasos fueron muchos.

Y como las luchas  populares de Argentina fueron hegemonizados mayoritariamente  por la experiencia del peronismo, movimiento donde durante  30 años esas contradicciones fueron resueltas por las decisiones del líder,  fue en su seno donde el tema de la unidad pasó a ser de trascendencia nacional, y a su resultado se fueron configurando las distintas etapas de la historia política Argentina.-

De manera que hoy, 2019  – siempre es, “mas que nunca” – la pretendida Unidad de los movimientos nacionales ocupa el centro de la escena argentina, al punto que se cree que de ella depende la supervivencia o el definitivo infierno de los Argentinos.-

MODELO PARA ARMAR:

Así las cosas y puestos entonces a desentrañar el dilema de la unidad, cabe preguntar:

Cuáles son los límites de la unidad ?

Cuáles son las concesiones que se pueden hacer  en una estrategia de acumulación de fuerzas políticas ?

Cuáles son los principios a los que no se puede renunciar con tal de ir todos juntos ?

Es un tema ideológico la Unidad?

Supongamos que es solamente un tema práctico, aritmético, de acumulación, como se definen los límites?

Entonces, con esas dificultades ¿No es descabellado pretender que ese proceso de unidad se aborde solo un par de meses antes de un  proceso electoral?

DONDE HAY UN LIDER?

Acudimos entonces con  urgencia a  los liderazgos, para que nos solucionen en corto tiempo lo que en la política cotidiana hemos abandonado como objetivo estratégico.

Pero la visión de los líderes es global, distante, casi cruenta y  en el pago chico las cosas suelen funcionar de manera diferente y las dificultades se multiplican.- Y los resultados de esa gestión, suelen ser exiguos. Porque se entra en el laberinto de las concesiones.-

¿No será quizás que la Unidad se construye con la convivencia política común y es una decisión de práctica cotidiana y no de estrategia electoral de circunstancia ?.-

Cuando hacíamos política hace varias décadas la lucha se planteaba en el mundo de las ideas.- Hoy predomina en todo lo político el mundo de los intereses.- Antes la clave era convencer, no comprar. Y es más posible lograr la unidad de las ideas, que la unidad de los intereses.-

No estará la clave en recomenzar una práctica política más participativa, mas democrática, donde el debate de ideas sea el sustrato del convencimiento común?.- El mundo de las ideas es blando, maleable, propicio para la adecuación.- El mundo de los intereses es rígido, hostil y agresivo.- La militancia remunerada no debate, solo decide, ordena, obedece.

La mercantilización de la política debe verse claramente como un triunfo cultural del neo liberalismo y las dirigencias de los movimientos populares han retrocedido en la batalla cultural de la lucha política.

Quizás los fracasos nos marquen el camino del cambio de prácticas.- Esa es la clave de la unidad, no los acuerdos de ocasión, por intereses y porque no decirlo, por cargos.-

En 2015 no se perdieron las elecciones por la Economía, se las perdieron por la Política, y en el centro de la cuestión Política está la cuestión de la Unidad.-

Desde ese momento hasta ahora, cuáles fueron las nuevas prácticas para iniciar un proceso diferente? No habrá el Macrismo hecho algo más por nuestra Unidad, que nosotros mismos ?

Correspondería quizás hacer un esfuerzo sostenido y a mediano plazo por la instauración de prácticas diferentes.- Y nosotros, que supimos saber como se hacía, quizás tenemos una responsabilidad mayor en la recuperación de esas prácticas.-

Pero también digámoslo, tenemos la esperanza que el pueblo imponga de manera irresistible, nuevos  rumbos.-

 

 

 

Ahí quedó entonces, abstracta, como tarea de la militancia popular, el objetivo de alumbrar y sostener en el tiempo una concepción unificada de estrategia política, para alcanzar la supremacía social de las mayorías  en la lucha por el poder.-

Pero se supo al poco andar, que esa Unidad pretendida, fue, es y será  siempre un gran envase donde entran muchos otros valores de la actividad humana en la lucha por las ideas: la solidaridad, el desprendimiento, la tolerancia, la generosidad, la autocrítica y el sentido del bien común.- Y sobre todo la capacidad de diferenciar cuales son las contradicciones de la lucha política por las que es necesario optar.-

De tal manera que, desde 1974 – ya sin liderazgos claros– la militancia política quedó encargada de poner en marcha una estrategia permanente de acumulación de voluntades mayoritarias para impulsar las transformaciones sociales y torcer el brazo de los sectores dominantes.-  Los fracasos fueron muchos.

Y como las luchas  populares de Argentina fueron hegemonizados mayoritariamente  por la experiencia del peronismo, movimiento donde durante  30 años esas contradicciones fueron resueltas por las decisiones del líder,  fue en su seno donde el tema de la unidad pasó a ser de trascendencia nacional, y a su resultado se fueron configurando las distintas etapas de la historia política Argentina.-

De manera que hoy, 2019  – siempre es, “mas que nunca” – la pretendida Unidad de los movimientos nacionales ocupa el centro de la escena argentina, al punto que se cree que de ella depende la supervivencia o el definitivo infierno de los Argentinos.-

MODELO PARA ARMAR:

Así las cosas y puestos entonces a desentrañar el dilema de la unidad, cabe preguntar:

Cuáles son los límites de la unidad ?

Cuáles son las concesiones que se pueden hacer  en una estrategia de acumulación de fuerzas políticas ?

Cuáles son los principios a los que no se puede renunciar con tal de ir todos juntos ?

Es un tema ideológico la Unidad?

Supongamos que es solamente un tema práctico, aritmético, de acumulación, como se definen los límites?

Entonces, con esas dificultades ¿No es descabellado pretender que ese proceso de unidad se aborde solo un par de meses antes de un  proceso electoral?

DONDE HAY UN LIDER?

Acudimos entonces con  urgencia a  los liderazgos, para que nos solucionen en corto tiempo lo que en la política cotidiana hemos abandonado como objetivo estratégico.

Pero la visión de los líderes es global, distante, casi cruenta y  en el pago chico las cosas suelen funcionar de manera diferente y las dificultades se multiplican.- Y los resultados de esa gestión, suelen ser exiguos. Porque se entra en el laberinto de las concesiones.-

¿No será quizás que la Unidad se construye con la convivencia política común y es una decisión de práctica cotidiana y no de estrategia electoral de circunstancia ?.-

Cuando hacíamos política hace varias décadas la lucha se planteaba en el mundo de las ideas.- Hoy predomina en todo lo político el mundo de los intereses.- Antes la clave era convencer, no comprar. Y es más posible lograr la unidad de las ideas, que la unidad de los intereses.-

No estará la clave en recomenzar una práctica política más participativa, mas democrática, donde el debate de ideas sea el sustrato del convencimiento común?.- El mundo de las ideas es blando, maleable, propicio para la adecuación.- El mundo de los intereses es rígido, hostil y agresivo.- La militancia remunerada no debate, solo decide, ordena, obedece.

La mercantilización de la política debe verse claramente como un triunfo cultural del neo liberalismo y las dirigencias de los movimientos populares han retrocedido en la batalla cultural de la lucha política.

Quizás los fracasos nos marquen el camino del cambio de prácticas.- Esa es la clave de la unidad, no los acuerdos de ocasión, por intereses y porque no decirlo, por cargos.-

En 2015 no se perdieron las elecciones por la Economía, se las perdieron por la Política, y en el centro de la cuestión Política está la cuestión de la Unidad.-

Desde ese momento hasta ahora, cuáles fueron las nuevas prácticas para iniciar un proceso diferente? No habrá el Macrismo hecho algo más por nuestra Unidad, que nosotros mismos ?

Correspondería quizás hacer un esfuerzo sostenido y a mediano plazo por la instauración de prácticas diferentes.- Y nosotros, que supimos saber como se hacía, quizás tenemos una responsabilidad mayor en la recuperación de esas prácticas.-

Pero también digámoslo, tenemos la esperanza que el pueblo imponga de manera irresistible, nuevos  rumbos.-

 

 

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