Irreverencia es falta de respeto. El respeto es tomar distancias. La gratuidad es irrespetuosa respecto del sistema socioeconómico que se sustenta en las rentas financieras, el sistema de precios de mercado y el patrón de acumulación concentrada de la riqueza.

La gratuidad toma distancias, increpa y contradice al sistema: no puede haber cosas gratis en el capitalismo prevalente. Alguna ortodoxia económica afirma -incluso- que el aire no debiera ser gratis porque debe indemnizarse a Brasil por la no explotación de la selva amazónica. Bolsonaro puso en marcha ese criterio permitiendo las quemas de bosques para ampliar la frontera agrícola ganadera de la Amazonía.

Nada hay gratis: todo tiene precio de mercado, que es algo distinto del valor subjetivo o social. «La vida te la dan pero no te la regalan, la vida se paga», canta Serrat.

La gratuidad tiene valor social pero no tiene precio. El dicho popular dice: «lo que no cuesta no vale» encierra la instalación neoliberal de pagar por todo, de monetizar todo. La universidad pública debe denunciar esa lógica binaria por acientífica y antisocial.

Gratuidad, un término subversivo

Por eso gratuidad es un término subversivo, contradice lo ordinario, lo normal, lo meritocrático. Es para los vagos. El sistema lo ataca como demagógico cargando culpas en aquel que disfruta de la gratuidad. Le dice: «tené en cuenta que alguien paga», «le estás debiendo un favor a quien paga». Instala una culpa en la mejor tradición judeo cristiana.

Y un concepto de deudor, porque el beneficiario de la gracia queda debiendo.

En el futuro, la sociedad le cobrará la gratuidad con salarios bajos, calidad de vida insuficiente y lo rematará con jubilaciones empobrecidas.

Sin embargo, su raíz latina nos denuncia que no es un término relacionado con las modalidades de pago. Es gratuito lo que no se paga, es una gracia, una benevolencia.

La gratuidad como gesto moral

La gratuidad es un término moral y económico. Es moral porque se relaciona con la idea socialmente compleja de gracia tan necesaria para la cohesión humana y es económico porque se relaciona con el dinero, con el no-pago, no es de la relación esfuerzo-costo y costo-valor.

No pertenece al lenguaje del Mercado porque es la sociedad la que decide que el acceso a los saberes se pluralice y se haga accesible masivamente, que los estudiantes tengan boleto de transporte gratuito, que las plazas y bienes públicos sean gratuitos en su uso. Estamos en presencia de un concepto transversal a las políticas, sobre el que se pueden o no presentar políticas. Por qué una sociedad establece que no hay precio de mercado para el conocimiento superior?. Porque tiene confianza en el futuro.

Perón y después

La gratuidad de la educación universitaria nace y muere con Perón. Nace para dar cabida a la educación de la clase trabajadora, para ampliar la base educativa de los obreros, de los descamisados, de las cabecitas negras.

Muere como concepto cuando la educación universitaria se hace negocio y emergen las universidades privadas, la privatización rentística de los saberes superiores. Desaparece con el golpe cívico-militar contra Perón en 1955.

A partir de allí se crea una grieta y se pierden los esquemas de educación problematizadora, priva la educación bancaria que denuncia Paulo Freire, funcional al Mercado, repetidora, aburrida, y sólo interesa la postverdad útil.

Luego se inventa el eufemismo «educación pública de gestión privada», lo privado administrando lo público. Un desatino que la política neoliberal traduce en magros presupuestos universitarios como profecía autocumplida de bajas tasas de graduación, reproducción del poder de sectores privilegiados, ineficiencias del sistema universitario.

Esa política tuvo su máxima expresión ideológica con María Eugenia Vidal, gobernadora de Buenos aires en el Rotary Club, cuando se pregunta si es justo llenar la provincia de universidades públicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad.

Quien quiera leer que lea.

*Economista. Ex rector de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.